Y la filosofía se hizo mujer
Fue una de las pensadoras más importantes del siglo XX. Algunas de sus obras destacadas fueron: Filosofía y Poesía, El hombre y lo divino, El sueño creador, Delirio y destino... Conoció y trabó amistad con escritores de la talla de Federico García Lorca, Miguel Hernández, Antonio Machado, entre otros.
Fue galardonada con los Premios:
Príncipe de Asturias en 1981 de Comunicación y Humanidades.
Premio Cervantes en 1988, siendo la primera mujer en recibir éste reconocimiento.
María Zambrano nació en Vélez- Málaga el 22 de Abril de 1904.
Su padre, Blas Zambrano, fue maestro y amigo de Machado y cofundador con él de la Universidad Popular Segoviana.
Siendo niña en un viaje a Jaén, junto a su abuelo materno, María sufrió un colapso que la tuvo varios días sin conocimiento. Esto fue un aviso de una constante en su vida, vivió acompañada de una delicada salud.
En 1911 nace su hermana Araceli. Años después diría: “Es el mejor regalo que me dieron mis padres”.
La familia se instala en Madrid y María puede asistir a las clases de José Ortega y Gasset. También forma parte de la tertulia en la revista Occidente.
María Zambrano de joven
En 1935 María inicia su tarea de profesora de Filosofía en el Instituto Cervantes, en el que A. Machado ocupaba la cátedra de Francés.
En 1936 se casa con Alfonso R. Aldave que es nombrado secretario en la embajada de Santiago de Chile, adonde viajan. Pero a los ocho meses, en plena Guerra Civil española regresan y mientras su marido se incorpora al ejército, ella empieza a colaborar en la defensa de la República desde el consejo de redacción de Hora España
En 1939 cruza la frontera francesa hacia el exilio.
El exilio la llevó por diferentes países donde demostró su magisterio en Universidades de Puerto Rico, Cuba y México. En México conoce a Octavio Paz y a León Felipe.
En estos años trabajó con intensidad, ofreciendo conferencias y seminarios.
Su hermana Araceli, siempre la acompañaba. Muy querida por ella, era su apoyo emocional en los momentos más depresivos de su vida.
Cuando París fue liberada, María solicitó el visado para poder ver a su madre enferma, pero los trámites se alargaron y cuando llegó ya estaba enterrada.
En 1948, ya solas, las dos hermanas se trasladan a La Habana y luego a México, pero la situación económica es agobiante y vuelven a Europa.
Viajan a París donde residen hasta 1953. Vuelven a Roma y allí viven hasta septiembre de 1964 cuando reciben una orden de expulsión firmada por un senador de pasado fascista. La excusa son sus trece gatos, y por ser antihigiénicas, y además las tachan de “personas peligrosas.”
De nuevo en Francia, instaladas en una casita del bosque “La Piéce”, viven unos años de intensa actividad literaria, siempre rodeadas por amigos escritores como el poeta José Ángel Valente o el filósofo José Luis López Aranguren, y es en estos años cuando la obra de María es reconocida en España.
El 20 de febrero de 1972 muere Araceli, y María abandona la casita del bosque.
Con la compañía de Timothy Osborne y su segunda esposa, y siempre bajo la generosa ayuda de ellos, inicia otra de sus giras turísticas por Grecia, con estancias en Roma.
En 1981 se traslada a Ginebra y la colonia Asturiana la nombra hija adoptiva del Principado de Asturias. Comienza así una larga lista de reconocimientos, como si todos tuvieran mucha prisa por agasajarla.
El 20 de noviembre de 1984 regresó a España después de 45 años en el exilio.
María Zambrano anciana
Premio Príncipe de Asturias, Premio Cervantes, Hija predilecta de Andalucía. A título póstumo siguieron concediéndole reconocimientos.
Murió el 6 de febrero de 1991 y fue enterrada entre un naranjo y un limonero en Velez - Málaga. En su lápida puede leerse el verso del Cantar de los Cantares “Surge amica mea et veni” (Levántate amiga mía y ven)