Un conjunto de calles estrechas y empinadas que en forma de pequeño laberinto se extiende a los pies de la Sierra de los Molinos. Resulta agradable y curioso subir desde el centro de Campo de Criptana hasta los molinos recorriendo este barrio a través de escalinatas y entre el blanco y el azul añil de casas y zócalos.
Desde el Albaicín criptano se puede disfrutar de unas vistas privilegiadas de los molinos que por la noche aparecen como gigantes iluminados. Las noches de verano son paso obligado para subir hasta la Sierra en busca de aire fresco y de un encuentro entre amigos en alguno de los restaurantes y locales de copas que se ubican en la parte alta del barrio.
Las vistas hacia la planicie manchega se abre desde el Cerro de la Paz que forma parte del barrio del Albaicín.