Literatura, reivindicación y amor
Paquita García-Casarrubios (14 de abril de 2021). Doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue una intelectual y la primera mujer que ejerció el periodismo desde 1.876 hasta su muerte. Uno de sus frutos fue la obra: “La Cuestión palpitante” que puede ser el libro más importante y menos conocido del feminismo español. Durante toda su vida luchó de manera infatigable por los derechos de la mujer a acceder a la cultura y por su reconocimiento social.
Con su fuerza temperamental rompió todas las barreras de su época y llegó a ser la primera mujer en presidir la sección de literatura del Ateneo de Madrid.
Nació en La Coruña el 16 de septiembre de 1.851 Fue su padre, Don José Pardo Bazán, político liberal, quién le legó su gran afición por la lectura. De su madre, Doña Amalia de la Rúa, heredó su carácter abierto e independiente.
Se casó a los diecisiete años con Don José Quiroga. Y tuvo tres hijos.
No pudo acudir a la Universidad ya que estaba vetada para las mujeres; por lo que los avances científicos y filosóficos los siguió a través de los amigos de su padre y de los libros.
Tras la entrada de Amadeo de Saboya y la guerra Carlista, la familia salió de Madrid y se refugió en Francia, viajaron por Europa y Emilia aprendió inglés y alemán y descubrió la literatura francesa, llegando a tratar a relevantes autores como Víctor Hugo.
Emilia Pardo Bazán durante su estancia en Vichy, como consecuencia de una dolencia de su hijo, conoció a Zola y quedó admirada por él y por el naturalismo. Escribió una serie de artículos reunidos posteriormente en un libro prologado por Clarín: La cuestión Palpitante, en 1.883 lo que la acreditó como una de las principales impulsoras del Naturalismo en España. Defendía el valor literario de Zola y se la identificó con la postura atea y provocativa del escritor.
El método naturalista culminó en 1.886-1887 con Los Pazos de Ulloa. Se trata de su novela más famosa y la obra que la consagró como una de las grandes escritoras de la literatura española. En ella describe a la oligarquía terrateniente, a la nobleza degradada, patética pintura de la decadencia rural gallega.
Quiero reseñar que aunque hace años que tuve el placer de leerla, recuerdo cómo en uno de sus capítulos hace referencia a unas elecciones, y con una narrativa magistral y una finísima ironía nos lleva a los entresijos de los personajes que se presentan como candidatos. Ahí descubrí a qué se refiere el dicho “dar el pucherazo”.
Durante años nuestra escritora mantuvo correspondencia epistolar con Benito Pérez Galdós, con quién tendrá una relación amorosa de larga duración. Especialmente tras la separación de Emilia y su esposo.
En 1.890 murió su padre, que la había apoyado en todas sus manifestaciones feministas y le proporcionó una educación esmerada. Emilia continuó acudiendo a la finca familiar, El Pazo de Meirás. Allí escribía y recibía visitas de ilustres personajes aunque su vida social, muy activa, se desarrollaba en Madrid en los meses de invierno. En las tertulias madrileñas pudo entablar amistad con personajes como, Pérez de Ayala, Miguel de Unamuno, Ramón Campoamor, Menéndez Pelayo...
A partir de los años 90 Pardo Bazán se aparta del naturalismo y explora nuevos caminos literarios, como el idealismo y el simbolismo.
Su popularidad le granjeó enemistades de escritores que veían invadido un sector tradicionalmente reservado a los hombres. Esto la llevó a decir:
“Si en mi tarjeta pusiera Emilio en lugar de Emilia, qué distinta habría sido mi vida”.
Emilia Pardo Bazán falleció en 1.921 en la madrileña calle de La Princesa.