Bien pues este año, como comenzaba a escribir tenía previsto de nuevo visitar a Santiago Apóstol en su magna Catedral después de realizar el camino de la Costa desde Oporto.
Las circunstancias han hecho que tenga que suspenderlo, y es que el COVID 19 lo ha trastocado todo, nuestra manera de vivir, el trabajo, las relaciones sociales, el consumo y por supuesto se ha cargado todos los viajes previstos, en mi caso el camino de la Costa.
Esta adversidad no me ha hecho de ninguna de las formas abandonar mi pensamiento de hacer, o recordar de nuevo uno de los caminos, y he decidido recordar etapa a etapa mi último camino, El camino Primitivo desde Oviedo, ¿me acompañan ¿.
Llegamos hasta Oviedo en tren, son las 12 de la mañana, y nada más salir de la estación, nos encaminamos con la mochila cargada a la espalda directamente por la avenida que da a la Catedral de San Salvador, que es donde da comienzo este camino Primitivo, después de visitar la Catedral y sellar la credencial, nos disponemos a comenzar nuestro camino, no sin antes prepararnos un poco, pues amenaza lluvia.
Salimos de Oviedo callejeando, atravesando unos barrios residenciales, y dado la hora que es , encontramos muchos tramos de estos barrios con poca gente, nos entra un poco de ansiedad, porque no encontramos la primeras “flechas amarillas” que nos indiquen el camino ,pero la experiencia nos dice por dónde continuar, hasta que por fin en una señal de tráfico vemos la tan ansiada primera “flecha”, nos tranquiliza un poco y ya a las afueras de Oviedo comenzamos a caminar por senderos con los típicos paisajes asturianos.
Son las dos de la tarde, y tenemos que decidir cuantos kilómetros tenemos que hacer hoy, pues hemos comenzado a caminar muy tarde, y nos tenemos que asegurar una cama donde dormir. En los primeros tramos de sendero coincidimos con dos jóvenes italianos, que están haciendo senderismo, hablamos cinco minutos con ellos, nos cuentan que están de Erasmus, y que están pensando también hacer el camino, y son ellos los primero que nos dan ánimo para continuar nuestro camino con la frase que escucharemos infinidad de veces a lo largo de los próximos días con cada uno que nos encontremos, “buen camino”.
Hacia las cuatro de la tarde, y después de atravesar un “castañar” y bajar un considerable descenso nos topamos directamente con LA BOLGUINA, lo más destacado de este pequeño pueblo es un bar que hay nada más llegar. Dada las horas que son, entramos y preguntamos si se puede comer, ¡pues claro que si ¡, nos dice amablemente un hombre que no tiene el clásico acento asturiano, ¡siéntese que ahora mismo le pongo de comer ¡ El bar esta atendido por el matrimonio, como ha salido el sol y la temperatura es buena, nos sentamos en la calle, en la única mesa que tiene el local. Me quedo sorprendido porque en cinco minutos tengo sobre la mesa una olla de barro con fabes (sin yo pedir nada), ¡de beber que quiere, vino? , me pregunta , y unos segundos más tarde, una jarra de barro también está sobre la mesa.
El matrimonio derrocha amabilidad y me preguntan qué porque tan tarde voy caminando. Les comento que había salido de mi pueblo a las cinco de la mañana, y después de un largo camino en tren, en Oviedo había decidido comenzar a caminar y de esta manera consigo que mañana la etapa tenga alguno kilometro menos. ¿de dónde es usted? , y cuando le digo que de donde soy, observo que las cejas se le levantan como sorprendido, y rápidamente me dice , ¡ coño paisano¡¡ ,” yo soy de La Membrilla, me case con una asturiana, y aquí llevo ya cuarenta años… pero siempre que puedo voy a mi pueblo y me traigo vino y melones”.
Son cerca de las ocho de la tarde, y ya muy cansados, hemos caminado y unos catorce kilómetros, llegamos a EL ESCAMPLERO, donde vamos a pasar la primera noche. Llegamos al Albergue, se trata de una vieja escuela transformada en habitaciones con literas, en la primera planta todas están ocupadas , y me bajo a lo que parece un sótano, una habitación con dos literas, ocupo una y dado las horas que son, la primera noche la paso solo en una habitación.
Previamente hemos hablado con la hospitalera, que se encuentra en un restaurante próximo, y tras abonar el precio de la cama ( 5€ ) con sábanas y funda de almohada desechables, estampar el correspondiente sello en la credencial, decido comer algo suave y retirarme a descansar, el día ha sido muy duro, ahora mientras descanso y hasta la hora de dormir, toca preparar la etapa que haremos mañana, decidir la distancia que caminaremos , seguramente nos quedemos en CORNELLANA.