Chapó por las limpiadoras del hospital

El equipo de limpiadoras del hospital al pie del cañón

Las limpiadoras del hospital, eslabón imprescindible en la lucha contra el covid-19

Laura Figueiredo.- “Me siento orgullosa de mi gente” así me lo dice Dioni Sánchez Alcolado, encargada de limpieza en el Hospital Mancha-Centro de Alcázar de San Juan. Y no es para menos porque están haciendo todo lo posible y más y demostrando que ellas también están a la altura de las circunstancias en estos tiempos tan complicados. Su trabajo se ha hecho más visible que nunca y ellas en un abrir y cerrar de ojos se han convertido en heroínas en esta lucha contra la pandemia del coronavirus. De hecho, no nos olvidamos de su labor en los aplausos de las 8 de la tarde.

Trabajan con el orgullo de sentirse parte imprescindible en la cadena de lucha contra el covid-19. “Nos sentimos un poco heroínas y halagadas por tener un trabajo que echa una mano más que necesaria en esta batalla tan difícil” afirma Dioni.  

Hablo con Dioni hace unos días y le pido que nos dé una buena noticia. Al instante y con mucha alegría me dice que el fin de semana (el 18 y 19 de abril) iban a pasar a desinfectar en profundidad la tercera planta de covi, en concreto Medicina Interna 4. Esto, me explica, significa que se ha podido desalojar para proceder a su desinfección en totalidad: suelos, techos y paredes con hipoclorito y lejía para terminar con ozono y cerrar 24 horas y así estar lista ya para su reapertura. “Ahora es un lujazo trabajar en comparación a como lo hemos hecho en los días duros de urgencias, ingresos y fallecimientos”. “Esto va siendo otra cosa” añade. En cualquier caso, Dioni, como todo el equipo de limpieza, sabe que no hay que bajar la guardia y que trabajar como lo están haciendo desde hace más de un mes se va a prolongar mucho en el tiempo.

La pandemia ha cambiado también la forma de trabajar. Ahora todo huele todavía más a lejía y no hay rincón por donde no se pase la bayeta con desinfectante: suelo, mobiliario, interruptores, pomos, contenedores… Un trabajo duro que se hace más complicado con los EPIs, los famosos equipos de protección individual, que  “nos hacen sudar la gota gorda”. El hospital entero ha estado durante semanas habilitado para camas de enfermos con covi exceptuando la zona de pediatría.

Como a todos, a Dioni y al servicio de limpieza del hospital la pandemia le vino muy grande y nunca podían imaginar que se llegaría al extremo que estamos viviendo. Por ello, tuvieron que ir improvisando en un principio soluciones de cara a una nueva manera de trabajar. “Fue el día a día lo que nos fue enseñando”. Según aumentaban los casos tuvieron que tomar mayores y mejores medidas para evitar contagios, contar con equipos de protección y con material y productos de limpieza en cantidad. “No te sabría decir, señala la encargada de limpieza del hospital alcazareño, los litros y litros de lejía que llevamos gastados”.

El trabajo se ha multiplicado y también entre las limpiadoras ha habido bajas por covi-19. Algún contagio que se produjo al principio cuando todavía no se tomaban las medidas adecuadas y nadie era consciente de lo que se nos venía encima. La plantilla ha aumentado  con nuevas contrataciones para cubrir bajas y reforzar el número de trabajadores ante una carga de trabajo mucho mayor.  Tanto las limpiadoras de siempre como las nuevas “han luchado y luchan como jabatas”.

Más que limpiadoras

Sin lugar a dudas, ellas también se han convertido en cuidadoras de los enfermos según van entrando y saliendo de una habitación a otra. Es un continuo atender a “un por favor acércame el yogur o enciéndeme la tele”. Poner a cargar los móviles o encenderlos e incluso marcar para que hablen con los familiares es parte también del día a día de estas trabajadoras que siempre tienen unas palabras de ánimo para los enfermos que recordemos están solos.

Dioni no quiere dramatizar pero está claro que no pueden permanecer ajenas a lo que ven día tras día. “Sufrimos mucho y también lloramos porque hay soledad y mucho dolor, porque un día están y otro ya no están”. Nos explica que claro que en el equipo hay miedo y mucho temor “porque estamos viendo lo peor en primera fila”. A pesar de ello esta mujer criptanense nos dice que desde el equipo de limpiadoras se prefiere ver en cada día un día menos para llegar al final de esta pesadilla.

Ellas también llegan a casa “reventadas tanto física como por todo lo que pasa por la cabeza”. Ellas también tienen familia y se vive con el temor de poder ser portadoras y contagiar en casa. A pesar de ello, todas han mostrado su disponibilidad al cien por cien renunciando incluso a vacaciones y días que ya tenían previstos de libranza. El ambiente se ha hecho más de compañerismo y “estamos más unidas que nunca, dispuestas a echarnos una mano y preocupándonos unas por otras”

Ellas se cuidan entre ellas pero es que además se sienten cuidadas por el conjunto de trabajadores de hospital y reconocidas por muchos. Para Dioni y sus compañeras es una satisfacción y les llena de orgullo “ser parte del esfuerzo que se está haciendo por superar esta enfermedad tan mala”.

El equipo de limpiadoras y su trabajo se suma al sobresfuerzo de todo el personal del hospital, sanitario y no sanitario, porque todo se hace imprescindible en medio de una situación de alerta sanitaria. Y como dice Dioni Sánchez, “aquí estamos y lo que haga falta”.

 


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