“Miramos para atrás y es increíble las cosas que hemos hecho”
Laura Figueiredo (5 de abril de 2024).- Hace diez años se lanzaron al mundo del turismo con su propia empresa “Enclave Cultural”. Lo que entonces era prudencia y temor ahora se ha convertido en experiencia y en seguridad. A la formación como Guías Oficiales de Turismo e Informadores Turísticos han sumado años de experiencia en los que la continua renovación y formación no han faltado. La Mancha era su territorio y La Mancha han descubierto a propios y extraños.
Son Carmen Alberca Lucerón y Javi Cobos Fernández quienes nos hablan del turismo y de los turistas. De un trabajo que no tiene horas y que exige creatividad y profesionalidad. La renovación se hace constante ante un turista que ya llega muy viajado y con interés por saber y conocer. Aunque, como dice Carmen, no falta el turista al que solo le interesa el haber estado y decir que ha estado. Son testigos de primera fila de cómo la pandemia marcó un antes y un después haciendo del turismo algo masivo y parte de nuestra vida. Ven cómo el tiempo libre y de ocio está ahora más valorado que nunca por lo que también es cierto que el viajero se hace más exigente.
A Carmen y a Javier los podemos ver en la Oficina de Turismo de Alcázar de San Juan donde su empresa es la encargada, desde 2015, de gestionar el turismo. Son ellos los guías en iniciativas con tanto éxito como “El tren de los Molinos” o “Criptana bajo las estrellas” que vuelven a repetir una temporada más.
Estos dos criptanenses nos han acercado el patrimonio, la cultura y la historia de nuestro pueblo y en general de La Mancha, una tierra unida siempre al Quijote y ellos y los visitantes lo saben.
-Es viernes por la tarde ¿cómo estáis?
Carmen.-Pues cansados pero el viernes es un día más porque trabajamos sábado y domingo.
Javier.- Es que el turismo es el sector de las fiestas, trabajamos cuando la gente está de fiesta. La gente viaja cuando todo el mundo descansa y es entonces cuando nos toca trabajar. Para nosotros la semana empieza un lunes y termina un domingo y entremedias pues nos vamos organizando para descansar.
-Diez años de Enclave Cultural. Al principio todo era ilusión, pero también temor e incertidumbre. Diez años después…
C.- Más seguridad. Tenemos los pies sobre la tierra y sabemos hacia donde tenemos que caminar, y hacia donde nos interesa.
J.- Hombre claro, diez años después hay experiencia, más seguridad, conocimiento, contactos, manejo de situaciones… Solo en contactos todo es multiplicar y afortunadamente nos hemos encontrado con mucha gente muy interesante y colaboramos con muchas personas y empresas. Antes éramos nosotros y ya.
“Diez años después hay experiencia, más seguridad, conocimiento, contactos, manejo de situaciones…”
-Esto es renovarse o morir y en turismo hay que estar continuamente inventando.
J.- Mira, una cosa que no ha cambiado en todo este tiempo es que el sector es un sector que se mueve muy rápido. Hoy estamos haciendo una cosa y en tres semanas se pone de moda otra cosa y a volver a inventar. Ahora con las nuevas tecnologías más aún. Ahí está el sistema de audioguía que acabamos de incorporar y que facilita mucho las cosas.
-¿Orgullosos?
C y J.- Sí, orgullosos.
J.- Miramos para atrás y es increíble las cosas que hemos hecho.
C.- Cuando empezamos siempre había algo, era un no acabar nunca y mira, aquí estamos.
J.- Es que el día a día nos ha llevado a hacer y organizar cosas muy diferentes. Hemos hecho y trabajado la visita guiada pero además hemos participado en la elaboración de planes estratégicos, colaborado en diseño de rutas en bicicleta, dado cursos con impartición de formación…
-¿Qué exige vuestro trabajo además de una buena formación y mucha imaginación?
C.- Imaginación y esfuerzo. Estamos metiendo siempre diferentes tipos de rutas y esas rutas exigen preparación pues van más allá de la ruta o visita básica. Las tienes que preparar y prepararte bien. Tenemos muchos tipos de visitas y muy diferentes.
J.- Exige una formación continua. Llevamos diez años y son diez años haciendo cursos y formación con el fin siempre de mejorar nuestro servicio. Es constante.
-¿Qué os ha descubierto vuestro trabajo? ¿Nuevas perspectivas y formas de hacer las cosas?
J.- Yo he descubierto la capacidad que tenemos de adaptarnos a todo lo nuevo que nos ha ido surgiendo y he descubierto gente muy buena. Son muchas, muchas las veces que te llevas la satisfacción de un –enhorabuena, qué bien lo hemos pasado-. Al final es que trabajamos para eso, para que la gente pase un buen rato en su tiempo libre, de vacaciones. Un buen comentario en la red no tiene precio. Pues eso es lo que he descubierto, nuestra capacidad de adaptación y gente estupenda.
-Sí, que parece que solo nos fijamos en la gente mala.
J.- Bueno, también hemos descubierto a gente muy mala, pero es una minoría. Muy minoría.
-Enclave Cultural trabaja en…
J.- Son diferentes ramas del turismo a lo que nos dedicamos. Ahí están las visitas guiadas, actividades culturales, gastronómicas, talleres… La gestión de servicios culturales y turísticos tanto para entidades privadas como públicas. Trabajamos también en el ámbito de la formación y de servicios de asesoramiento cultural y turístico. El turismo tiene muchos aspectos y caras.
-Vamos al turista. ¿Ha cambiado en estos diez años?
J.- El turista que tenemos ahora es un turista que ha viajado muchísimo, que conoce muchos lugares, que tiene mucha experiencia y que muestran interés por saber y conocer. Ahora el turista tiene más experiencia y es más exigente también. -¿Es más complicado satisfacerlos?- Pues fíjate, cuanto más experimentado es, yo creo que es más fácil satisfacerlo. Y sí, claro que ha cambiado, y mucho.
“El turista ahora tiene más experiencia y es más exigente”
-Carmen, ¿tanto ha cambiado?
C.- Sí, yo también pienso que ha cambiado, pero siempre va a haber un público tradicional que busca lo de siempre; visitas gratuitas, sin guía, que se adapte a un determinado tiempo en el que hay que incluir muchos sitios… Todavía sigue existiendo un público que, aunque nos extraña, no busca un turismo de calidad y tampoco de sensaciones y emociones. Es un turismo que busca estar y decir que he estado. Sí, ha cambiado, el asunto de viajar en vacaciones ha pasado a ser parte de nuestra vida,
J.- Sí, es cierto, pero no es el prioritario. Es también cierto que nos hemos acostumbrado a determinados modelos que ahora llevan años funcionando. Por ejemplo, los free tours o las propias administraciones que hacen gratis las visitas. Entonces es verdad que hay un perfil de turista que se ha acostumbrado a lo que le hemos acostumbrado. Y claro a la cuarta vez no pretendas cobrar. Y es que antes a lo mejor lo pagaba un Ayuntamiento y ahora lo tiene que pagar el turista.
“El viajar en vacaciones ha pasado a ser parte de nuestra vida”
-¿Hay un antes y un después de la pandemia?
C y J.- Sí, claramente.
C.- La gente salió, y salimos, con más ganas de viajar. Es cuando descubrimos nuestro entorno sin necesidad de ir muy lejos. Ahora se valora más el tiempo libre y ese tiempo se quiere llenar con actividades que gustan y de las que se disfruta.
J.- Es verdad y es un -vámonos, aunque sean solo dos días-. Parece que nos cuesta quedarnos en casa. Hay movimiento por todas partes.
-¿Hay mucho intrusismo?
C.- Mucho y en muchos sitios. El intrusismo ya lo había y lo sigue habiendo y sobre todo si se sigue permitiendo en tantas partes.
J.- Y lo seguirá habiendo. Un guía de turismo no solo es una persona que te cuenta una historia, tenemos una formación multidisciplinar. Igual que sabemos sobre la historia de un monumento también sabemos cómo acompañar a la gente, resolver problemas, comunicar... Hay gente que piensa que un guía es el que llega y cuenta una historia. No, es mucho más. Hay que crear rutas, proyectos, documentarse, dar contenido, organizar, mover a mucha gente…
C.- Nosotros estamos pagando nuestros impuestos, nuestra formación que es continua prácticamente y eso lleva un esfuerzo personal y económico.
J.- Y te encuentras con un intrusismo que ni siquiera está dado de alta. Y es un problema en todas partes.
Se ha hecho un esfuerzo con el plan de recuperación y adecentamiento turístico de la Sierra de los Molinos. Pero ¿creéis que el criptanense es más consciente de la riqueza patrimonial, cultural e histórica del pueblo?
J.- Llevamos diez años haciendo visitas para colegios, asociaciones, grupos… y hay criptanenses que se sorprenden. Pero claro que sí, conocemos más nuestro patrimonio y en eso hemos cambiado mucho. Y es que se han hecho muchas actividades turísticas no solo para el turista sino también para los propios criptanenses, para que conozcan su pueblo. Ahí está la ruta de Eloy Teno o la de Criptana bajo las estrellas que retomamos ahora de nuevo o la de las ermitas… Son iniciativas que han acercado Criptana a los Criptanenses.
C.- En ese aspecto sí que se ha avanzado. En estos diez años ha cambiado y de manera positiva.
“Los criptanenses conocemos más y mejor nuestro patrimonio y en eso hemos cambiado mucho”
-¿Bajamos de los molinos?
J.- Todavía cuesta. Tanto como la cuesta que hay que subir de vuelta. Tal vez se han centralizado demasiado los recursos arriba y nos falta, al margen del Pósito, un recurso en el centro que se incluya en rutas y no mirar solo arriba. Entradas combinadas.
-¿Seguimos teniendo un turismo de paso en Criptana?
C.-. Puede haber un turismo de paso porque nos faltan otras infraestructuras.
-Con qué sensaciones se va la gente de Criptana. C.- Nosotros estamos acostumbrados a ver los molinos, pero quienes los ven por primera vez se suelen ir alucinados. El paisaje, el entorno, las vistas, ese cielo, descubrir el molino por dentro…
-¿Se sigue buscando al Quijote entre los molinos o es una historia superada?
C.- No, el Quijote va vinculado a esta tierra, sigue siendo un motor para La Mancha. Hay gente que viene buscando ese lugar del Quijote como espacio geográfico y los molinos es lo más representativo. Hay gente que llega y se ha leído muchas veces el Quijote y gente que no, pero en todos está la curiosidad y la sorpresa. Otra cosa que enamora son las puestas del sol y es verdad que siempre les invitamos a que si pueden se queden a verla desde los molinos sin olvidar el Cerro de la Paz o el de la Virgen donde hay cielos que dentro de la población no ves. Son lugares privilegiados para ver esos atardeceres y cielos manchegos.
“El Quijote va vinculado a esta tierra, sigue siendo un motor para La Mancha”
-¿Hay que saber ser turista?
C.- Por supuesto, hay que saber adaptarse.
-Es que la vida del turista es dura.
J.- Conocí un guía que decía al inicio del viaje –nadie ha dicho que la vida del turista sea fácil-. Y es cierto, hay que madrugar, andar, trasnochar, días de calor, días que pasamos frío, unos días comeremos bien y otros peor…
-De todas vuestras iniciativas y proyectos ¿de cuál os sentís más orgullosos?
J.- Son muchas cosas y muy diferentes…
C.- Pues yo creo que de la Ruta teatralizada nocturna, ha sido muy bonita. Creo que esta ruta teatralizada es lo que más puede representar un lugar. En este caso Criptana es el escenario de la representación literaria de escenas del Quijote.
J.- Además es que esa ruta, es como muy hijo; fue de las primeras rutas que montamos. La verdad es que yo no me quedaría con ninguna ruta en concreto; todas llevan un proceso previo de documentación y preparación y ese proceso es lo que a mí me encanta. Lo disfruto mucho, de hecho, mis estudios son Historia al margen de mi formación en Turismo.
-¿Se ha masificado el turismo?
J.- El problema no está en los turistas que vienen sino en el modelo de gestión del turismo que se lleva a cabo. Tienes una ciudad donde pesa más el número de turistas que visitan y se alojan que el número de personas que viven en la ciudad ¿Cuál es el resultado? Pues ciudadanos que se tienen que ir a vivir a las afueras porque en la propia ciudad no encuentran sitio porque se están construyendo masivamente apartamentos y alojamientos turísticos. ¿Estamos preparados en las grandes ciudades para asumir tanta oferta y tanta demanda? ¿Hay infraestructura? No somos conscientes de que si favorezco una ciudad turística hay un detrimento de la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. El turismo se ha masificado y eso exige un modelo de gestión que dé respuesta a unos y a otros.
C.-Estuve hace poco en Venecia y lo que me pasó es el ejemplo de todo esto. Venecia está colapsada y es una pena, pero todos queremos ir a conocer Venecia. Si no hay una buena gestión y un planteamiento serio al final nadie está contento ni los residentes ni los turistas. Es una pena porque se pierde esa magia que se busca cuando se visita un lugar o ciudad. La Mancha sigue guardando todo su encanto.
“La Mancha sigue guardando todo su encanto”
