Angulo Quirós, adaptándose siempre a los tiempos
“No todo el mundo tiene por qué tener una carrera, un oficio también es una carrera”
Laura Figueiredo.- Lleva cerca de sesenta años en el oficio, es carpintero. Llegó a la primera carpintería con 10 años y de casualidad. Le gustó y mucho y tras quince años y tres jefes decidió echarse por su cuenta. Y ahí sigue en el mismo sitio, en la calle Moro. La dirección del taller es lo único prácticamente que no ha cambiado porque nuestro carpintero ha tenido que ir adaptándose a los tiempos que ha hecho que esta profesión, tal y como se conocía, vaya desapareciendo. “Ahora, nos dice, somos más mueblistas que carpinteros”.
Es Juan José Angulo Utrilla y su empresa Angulo Quirós al sumar el apellido de su mujer Isabel. Ella igual que sus hijos son parte esencial en la historia de una iniciativa que empezaba en 1982. Ha vivido muy buenos años y otros no tan buenos. Estuvo la crisis del 86 pero la peor fue la de 2008 de la que ahora y tras todos estos años se va viendo la luz a base de mucho luchar. Aún así, siempre ha mirado hacia delante y ha sabido salir de su taller para venderse y conocer. A Angulo Quirós se sumó hace tiempo una segunda empresa, Hijos de Angulo Quirós.
Su mayor satisfacción, ver que sus hijos han querido seguir con el oficio y la empresa y ver que las máquinas siguen funcionando. Otro tipo de satisfacciones son las que esta temporada le está dando su Real Madrid y haber montado un año más el gran belén. Su cara se ilumina cuando se habla de Semana Santa y el tono de su móvil es una marcha procesional y es que Juan José Angulo es también “muy semana santero”.
-¿Ya habéis quitado el belén? Estamos casi en San Antón.
Sí, ya está quitado. Ya está El Pósito entregado y antes de San Antón.
-¿Y qué cuesta más, montar un Belén o una cocina?
Hombre pues cuesta más montar un belén.
-¡Y mira que has montado belenes!
He montado gracias a Dios más cocinas que belenes.
“He montado gracias a Dios más cocinas que belenes”
-¿Cuántos años llevas trabajando en la carpintería?
56 años, empecé de 10 años como se empezaba antes, era un niño.
-¿El oficio viene de familia?
¡Qué va! Mi padre era agricultor y llegué a la carpintería de casualidad.
“Mi padre era agricultor y llegué a la carpintería de casualidad”
-Cuéntanos la historia.
Luis de la Guía hijo, montó un taller por su cuenta y nos enteramos que necesitaba un chico para empezar a aprender el oficio y mi hermano Paco, que era mayor con 11 añejos, se fue allí. A los pocos meses que no le gustaba y que no le gustaba así que dije que me iba yo. Así empecé con Luis en la calle de la Virgen de la Paz y allí estuve 4 años. Era hacer cubiertas de madera, puertas, ventanas y hasta las famosas tablas de madera para los retretes que entonces no había sanitarios.
-¿Y de ahí a otra carpintería?
Sí pero con el campo por medio. Con 15 años y con un sueldo tan reducido me dice mi padre que me voy al campo con él pero entonces fui yo quien se rebela y digo que no quería campo. Eso decírselo a un padre entonces era impensable. Entonces me sale irme a la carpintería de José Fuentes Trujillo, conocido por Pepe el de la comadrona que tenía en la calle Zorrilla un taller de mesas de televisiones y muebles de cocina y ahí estuve 10 años. Me fui a la mili y vine y ya la cosa flojeaba y Fuentes se llevó la carpintería a Quintanar y ahí estuve casi un año. Como se cobraba poco y mal pues me voy con Pascual Calonge y allí estuve otros 3 años. Es entonces cuando me caso.
-¿Y cuando decides ponerte ya por tu cuenta?
Pues según nacía mi primer hijo en el 82 empecé mi andadura por cuenta propia.
-¿Se tenía entonces menos miedo a la hora de emprender un negocio?
Se tenía menos miedo que ahora y por muchas razones. Yo recuerdo de estar trabajando desde las 6 a las 10 de la noche y ahora ya los trabajos son distintos. Se miraba menos los riesgos, no había miedo a trabajar y también había menos impuestos y menos obligaciones, exigencias… Con Pascual trabajábamos 9 o 10 personas y tres de ellos nos echamos por nuestra cuenta creando una sociedad: Angulo-Pérez-Pintor.
“Entonces se tenía menos miedo que ahora a poner tu propia empresa”
-Y la cosa se quedó en Angulo Quirós.
Pues al poco decidimos hacer el taller en este mismo lugar, en la calle Moro, en una parcela que yo había comprado antes. Y al año y poco los otros dos socios veían las cosas de otra forma, los beneficios tardaban. Ten en cuenta que nos pilló otra crisis fuerte en el 86 así que arreglamos los papeles y al final se quedaron los dos trabajando conmigo en nómina. Los dos han estado conmigo más de 25 años.
-Y vino otra crisis más dura.
La del 2008 y 2009 que es la crisis que nos ha dejado tocados y ahora puedo decir que se va a poder pagar casi todo. Fue una crisis muy fuerte y eso que yo trabajaba principalmente con empresas de Criptana pequeñas de viviendas. Trabajé mucho por toda España con Aniceto Castiblanque, una empresa seria y buena pero se torcieron las cosas y fue la que verdaderamente nos dio el palo en la crisis. Y también quedaron particulares que no nos pagaron. Ha habido momentos…
“La crisis del 2008 es la que nos ha dejado tocados y ahora puedo decir que se va a poder pagar casi todo. Ha habido momentos…”
-La cara positiva es un oficio que te gusta y disfrutas.
Mucho. Yo lo que era la carpintería me encantaba. Eso de irte al almacén y cogerte cuatro tablones y empezar a serrar, a dar forma… eso era una maravilla. Pues si te digo que ahora casi donde menos estoy es en el taller. Hay mucho trabajo de despacho, papeles, exposiciones… y eso que es mi hija Isabel quien se encarga más.
“Eso de irte al almacén y cogerte cuatro tablones y empezar a serrar, a dar forma… eso era una maravilla”
-Pero ahora los tablones ya vienen de otra manera.
Pienso que el oficio de carpintero-carpintero tiene tendencia a desaparecer y ahora más que carpinteros somos mueblistas. Vinieron las máquinas escuadradoras, canteadoras y los tableros de melanina y chapado. Ya no es empezar de cero con la madera al natural como hacía antes con los cuatro tablones del almacén. A nosotros, en nuestro taller todavía nos queda el gusto de trabajar a medida y así aún manejamos de alguna manera esas puertas o armarios. Hemos procurado no perder la intervención del oficio en el nuevo proceso. Además, para rematar la faena están los programas de diseño informáticos de armarios, cocinas… y exposiciones con imágenes. O el PVC y aluminio para ventanas y puertas de calle que es mucho más práctico. Dan menos problemas porque la madera no deja de estar viva y hay que mantenerla y protegerla y más en nuestro clima. Hacemos pocas puertas de calle ya y mira que hemos hecho y muchas.
“Ahora más que carpinteros somos mueblistas”
-¿Pero cuando un carpintero trabaja para promociones de viviendas deja mucho de su profesionalidad?
Bueno depende como lo miremos. Hay cosas, como las puertas, que la mayoría son en serie pero aún quedan cocinas, tarimas, escaleras, armarios… y el trabajo para particulares. Yo lo que he querido siempre es que mis máquinas funcionen y siguen funcionando.
¿Con qué madera te quedas?
Pues hablando de puertas y exterior me gustaba trabajar el pino Valsaín y para los muebles, de las maderas más dóciles, es la madera de haya; el roble también lo trabajamos. También hay una madera que se está usando mucho para escaleras y es la madera de fresno que es algo más fuerte que el roble y con una veta vistosa.
-¿Y cuál es la madera de las maderas?
Para mí de las mejores maderas y de las que mejor se han adaptado a nuestro clima ha sido el cedro brasileño. Y otra que antes se usaba bastante era el pino de Oregón
-Bueno tú sí puedes hablar de una segunda generación y eso no es lo normal hoy en día.
Pues no es lo normal pero nosotros, mi mujer Isabel y yo, contamos con nuestros dos hijos, Javier en el taller e Isabel en la oficina. Cuando Javi un día llega del instituto y nos dice que él ya ha acabado con los estudios y que se queda en el taller nos contrarió mucho. Como es lógico nosotros para ellos pensábamos en unos estudios y en una carrera… pero recapacitamos y penamos que si esto es lo que quiere y lo que le gusta pues adelante. Si nosotros hemos sido capaces de vivir de ello, ellos también pueden. No todo el mundo tiene porqué tener una carrera, un oficio también es una carrera.
-Tampoco eres de las personas que te has aislado en la calle del Moro y en tu taller. Te he visto en muchas ferias aquí y fuera.
Yo feria que se ha hecho feria a la que he acudido y hemos montado lo que hubiera que montar. Hay que salir y que te vean y conozcan a la vez que tú también conoces lo que hay fuera.
--Por cierto ¿por qué usáis dos nombres?
Es que empezamos con Angulo Qurirós, mi apellido y el de mi mujer, para la empresa de carpintería y cuando empezamos con el mueble creamos una segunda empresa: Hijos de Angulo Quirós para la compra venta de mobiliario y electrodomésticos.
-Y el cliente ¿ha cambiado?
Seguimos teniendo clientes de hace 30 años. Y como suele pasar hay muchos clientes que llegan con la idea clara de lo que quieren y otros te dejan a ti que propongas. Ahora la gente viene con mucho internet visto.
-¿Se valora el trabajo del carpintero?
Pues ha habido unos años que no se han valorado en general los oficios. Ha habido años, principios del 2000, en el que parecía que todo el mundo valía para todo. He visto en obras que estaba el del pladur, el electricista, fontanero, alicatador, pintor… y cada uno sabía lo que tenía que hacer. Ahora en muchas obras te encuentras un señor que hoy pone pladur, mañana le ves metiendo los tubos de los radiadores y pasado pintando. Un oficio hay que mamarlo y dedicarle mucho tiempo y de hecho al verdadero profesional se le ve según baja de la furgoneta. Es ahora, desde hace poco cuando creo que se ha empezado a valorar oficios como carpintero, pintor, fontanero, electricista… ahora cuando han empezado a escasear y parece que es más difícil encontrar un buen profesional.
“Al verdadero profesional se le ve según baja de la furgoneta”
-¿Habría que recuperar la figura del aprendiz?
Pues eso fue un error grande. Ha habido años en los que nadie quería estudiar oficios como este y creo que llegará un día en el que habrá que apoyar de alguna manera estos trabajos. Y más cuando hay chicos en el instituto perdiendo el tiempo y que no quieren estudiar y otros que no valen y ahí es donde se tendría que recuperar la figura del aprendiz a toda costa. De una manera organizada pero recuperarla. Habría que recuperar la profesionalidad de nuestros oficios.
“Habría que recuperar la profesionalidad de nuestros oficios”
-Juan José me pregunta ¿puedo añadir una cosa?
Yo.- ¡Por supuesto!
Tengo una mujer y unos hijos que ¡qué voy a decir! no sé si sin ellos hubiéramos llegado a lo que hemos llegado. Hemos pasado momentos muy difíciles pero muy, muy críticos. De tener todo limpio y meterme en hipotecas para pagar préstamos de cosas que no has cobrado pero que tú tienes que pagar. Y gracias también a muchos de mis trabajadores, dos de ellos siguen, Gregorio y Manolo, y me han seguido a capa y espada y otros que ya no han podido seguir en el taller.
-Juan José por el tono de tu móvil (una marcha de Semana Santa) y las fotos del despacho veo que eres carpintero y muy de la Semana Santa.
Mucho y estamos divididos entre el Nazareno y la Veracruz.
-Y belenista.
Fíjate, eso es cosa más de Isabel y yo le sigo y apoyo. También me gusta mucho a pesar del trabajo que supone.
-Y muy del Real Madrid.
Mucho y con perspectivas de unas temporadas buenas tras una mala. Lo que pasa es que no siempre se puede ganar…
