Una vitrina llena de normas de vida
Laura Figueiredo (12 de abril de 2024).- “Nada en exceso”, “Conócete a ti mismo”, “Difícil es lo bueno”, “A lo más elevado por medio de las dificultades” o esta otra frase mucho más conocida y que no necesita casi traducción, “Carpe diem”. Muchos aún creerán que son frases de nuestro tiempo con las que cada mañana alguien nos desea un buen día en el wsp. Pues hay que remontarse hasta la cultura clásica griega y latina para descubrir que estas y otras muchas máximas encerraban ya una forma de vivir.
Y esto es lo que nos descubren un grupo de alumnos de Cultura Clásica, Latín y Griego del IES Isabel Perillán y Quirós a través de una pequeña exposición dirigida por los profesores del departamento, Pablo Lomas y Elisa Díaz. El objetivo no ha sido otro que el de implicar al alumnado en el conocimiento no solo de ambas lenguas clásicas sino también en la filosofía y contenidos clásicos.
Así, nos descubren el origen de unas locuciones que mantienen una total pervivencia en un tiempo, el actual, en el que se sigue haciendo uso de ellas también como forma de vivir. Descubren que eso de “Vive el presente porque el tiempo es fugaz” no es nada nuevo al igual que tampoco lo es la cultura del esfuerzo y la constancia para lograr algo complicado o el conocerse uno mismo primero para luego opinar y poder criticar. Nada ha nacido aquí y ahora. El trabajo desarrollado es un claro ejemplo de la pervivencia de una filosofía, conocimientos y lenguas que por desgracia van quedándose poco a poco en los márgenes de los programas de educación.
A la vez que los estudiantes, de 2º y 4º de la ESO y 1º de Bachillerato. se han acercado al conocimiento clásico a través del latín y el griego, han practicado su escritura y vocabulario y lo han hecho además sobre soportes de arcilla donde han quedado escritas a mano las máximas. Todas ellas quedaban expuestas en una vitrina a la entrada del instituto. Una vitrina que se ha llenado de una filosofía de vida que pervive.
“Una vitrina que se ha llenado de una filosofía de vida que pervive”
Elisa y Pablo me invitan a conocer el trabajo expuesto y me siguen enseñando modelos y frases que me van traduciendo haciendo hincapié en su trascendencia y cómo han llegado hasta nuestros días: “Soy hombre, de lo humano nada considero ajeno a mí” o “A lo más elevado por medio de las dificultades” como resumen de la cultura de un trabajo reposado y de esfuerzo para que el logro tenga sentido. Y Elisa sigue traduciendo “El tiempo como mejor medicina”, “Hechos no palabras” o “Mientras respiro hay esperanza” o “Divide y gobierna”.
Conócete a ti mismo o El tiempo es la mejor medicina son algunas de las máximas que llegan hasta nosotros
Pablo se queda con la frase latina “Ad augusta per angusta” (hacia lo más alto a través de las dificultades).” Mientras que Elisa indica que una máxima que siempre ha guiado su vida es la frase de la humanística griega “γνωθι σεαυτόν” (conócete a ti mismo).
Normas de vida, filosofía de vida que parece que hemos descubierto ahora a través de memes en redes sociales y de los coach tan de moda. Frases que desde hace unos años han vuelto a hacerse presentes y cubren paredes enteras en gimnasios, consultas psicológicas, centros de estudios, cafeterías y muchos más espacios. Pues bien, resulta que estas locuciones han sido sustento de culturas tan ricas y extensas como las de la Antigua Grecia y Antigua Roma.
Tanto Elisa como Pablo se sienten muy orgullosos de esta actividad porque ha logrado hacer un trabajo integral con los jóvenes que han dejado de ser meros espectadores para ser parte activa.
Por último, la actividad persigue también, tal y como explicaba Pablo, promocionar las asignaturas del departamento de Cultura Clásica. Unos conocimientos poco valorados. Por su parte, Elisa insistía en que desde estos estudios se fomentan unos valores muy necesarios y que se desconocen en toda su amplitud.
El departamento ya está trabajando para este tercer trimestre otros temas. Elisa nos dice que ahora toca hacer un estudio comparativo entre el sistema democrático de los griegos y nuestro sistema. ¿Pervive algo de aquella democracia ateniense?
