Santuario Cristo de Villajos

Es una pena llegar hasta Campo de Criptana y no pasar por el Santuario del Cristo de Villajos. Se encuentra a 4 km de la población en la CM-3105 dirección hacia Miguel Esteban. Se puede llegar sin problema en vehículo pero una buena opción es hacer el recorrido andando o en bicicleta y más si se realiza por el camino que transcurre paralelo entre vides y olivos.

El Santuario guarda la imagen del patrón de Campo de Criptana, el Cristo de Villajos, cuya festividad grande es el 24 de agosto. Hasta allí y a lo largo de todo el año son muchas las personas que llegan para rezar ante su imagen muy venerada y querida no solo por los criptanenses sino también por vecinos de localidades próximas.

Especial vida cobra el santuario durante las semanas de julio cuando la Parroquia de Criptana organiza los campamentos de verano para los niños. Una vida que no se pierde dado que es uno de los lugares elegidos por muchas jóvenes parejas para casarse o para celebrar primeras comuniones. La hermandad del Cristo es la encargada de velar por el cuidado del santuario y de sus alrededores al mismo tiempo que coge el testigo para mantener toda una serie de tradiciones que siguen muy vigentes entre los criptanenses.

El origen del santuario se remonta a la existencia del pueblo de Villajos, población que a lo largo del s.XIV se fue trasladando a lo que empezaba a ser Campo de Criptana. De esta manera el santuario fue abandonado hasta que la Orden de Santiago decide hacer una primera reconstrucción en 1568. En los libros de la visitas de la orden se habla de la ermita de Santa María de Villajos o Ntra. Sra. de Villajos. En 1663 se acomete una nueva reforma a la que le van sucediendo otras en las que la participación de los vecinos es determinante. Poco a poco se va dotando al santuario de piezas de decoración, algunas de ellas de gran valor.

Con la Guerra de la Independencia la iglesia es incendiada por las tropas napoleónicas y saqueada. De nuevo se vuelve a acometer una nueva reconstrucción y es cuando se hizo una gran reforma en el Santuario construyendo en los corredores contiguos a la Ermita amplias habitaciones para que sirvieran de albergue a los romeros en el día de la Fiesta, y una vivienda más cómoda para el santero. Dependencia que los posteriores santeros hasta nuestros días siguen usando.

De nuevo sufre la destrucción en la Guerra Civil del 36 y una vez más es con la ayuda de los vecinos como se logra reconstruir el edificio. La imagen del santísimo Cristo de Villajos fue destruida, por lo que se encargó la realización de una nueva talla al valenciano D. Federico Zapater y en 1939 la obra quedó terminada.