Continuamos con el camino, llegamos a Fonsagrada

Juan José Sánchez Manjavacas (Marzo 2021).- Como cada mañana a las cinco y media comienzan a oírse el ruido de los peregrinos mas madrugadores, llevo ya en la cama varios minutos despiertos y decido ponerme en marcha.

Los típicos ruidos diarios no dejan de escucharse, bolsas, cremalleras, algún bordón que cae al suelo, y las típicas toses hacen que poco a poco en un albergue de tan pocas plazas todo el mundo se ponga en marcha. Es un ir y venir en un pasillo tan estrecho, algunos peregrinos entre los que me incluyo decidimos terminar de realizar la rutina en las propias escaleras exteriores, hace fresco, hay neblina. Salgo a la escalera y me siento bajo la luz tenue, como siempre lo pies me los embadurno de vaselina, y en pocos minutos, hacia las seis de la mañana ya estamos preparado para iniciar el día.

Como el día de ayer y la noche fueron mas bien “durillos”, la verdad es que esta noche he descansado de lo lindo, además la tarde fue fantástica, pues el alberge esta situado en plena naturaleza, el sol fue protagonista y en la tarde, haciendo la merienda cena, conocimos a dos peregrinas italianas (Ludovica y Alexandra) . Coincidimos todos a la hora de partir, las italianas, Mario y yo, la mañana es fresquita, el relente de la noche asturiana e incluso un leve sirimiri ha dejado el suelo mojado, y como vamos caminando por una senda asfaltada, debemos tener mucho cuidado con los resbalones. Hoy la etapa es de treinta kilómetros, pero como ayer anduvimos unos kilómetros más de la cuenta, solo tenemos veinticinco kilómetros por delante.

A penas llevamos un kilómetro, nos encontramos con la Capilla de San Lázaro, lastima que solo la podemos apreciar con las luces de la linterna. Continuamos y aproximadamente tres kilómetros mas adelante, nos encontramos con Gestoselo, y muy pronto también con Peñafonte, lo que supones que ya dejamos Asturias y comenzamos a pisar tierras gallegas, no en vano el apodo del final de la etapa de hoy le llaman la puerta de Galicia del camino Primitivo. Con las primeras luces de la mañana los pulmones se ensanchan, comenzamos a subir el puerto de El Acebo, de 1100 metros, las vistas a medida que se asciende son espectaculares, increíbles, alguien como yo, del interior de la península, y de tierras totalmente llanas, disfruta viendo estos paisajes, abstraído totalmente por el poder de la naturaleza. Camino en solitario, pues los acompañantes con los que iniciamos la etapa de hoy llevan cada uno un ritmo distinto, y hemos quedado ya en el final de la etapa.

Caminamos por las laderas del monte Do Zorro, dejamos atrás la población de Bustelo del Camin, y en nada comenzamos a ascender el monte da Curiscada, que con el cansancio acumulado es algo mas pesado. Algunos núcleos de población que atravesamos están totalmente deshabitados, he parado en una fuente a refrescarme unos minutos y comer algo de fruta y un dulce para reponer fuerzas. Me encuentro con un matrimonio paseando, les doy los buenos días, me responden muy amables y me intereso precisamente por el numero de habitantes de esa zona. Tienen ganas de hablar, me cuentan que son jubilados, han trabajado toda su vida en el País Vasco, y ahora se han venido a su tierra, aunque solo a pasar los veranos, pues como ellos mismo dicen en toda la comarca no habrá mas de treinta habitantes entre todos los pueblos, y cuesta pasar días y días sin ver a nadie.

Aún restan unos quince kilómetros para llegar a “la puerta de Galicia”, A Fonsagrada, enfilamos nuestro camino y pasamos por la sierra de las Piedras Apañadas, que según cuentan, la llaman así porque ocurre como en La Cruz del Ferro en el camino francés, más concreto en León, y es que cada peregrino que pasa por allí deja una piedra colocada. En poco tiempo nos encontramos de lleno caminando por un bosque de acebos, y ya empiezan a verse las indicaciones del camino con conchas abiertas, justo al contrario que en la parte asturiana, por lo que debemos de estar atentos a las indicaciones y atender claramente la parte abierta de la concha, (creo que se deberían poner de acuerdo las autoridades y no liar de esta manera tan absurda a los peregrinos).

Sin apenas darme cuenta y disfrutando de la jornada, me he presentado prácticamente en A Fonsagrada, atrás he dejado ya núcleos poblacionales como Cabreira, Fonfria, Barbeitos y estoy en Paradanova, me encuentro dos indicaciones, tomo la de la izquierda que es la correcta, y aunque hay una subida considerable, dos kilómetros aproximadamente mas arriba me encuentro ya en el destino. Hoy paro en el Albergue del Cantábrico, allí me esperan Mario , Ludovica y Alexsandra, que a la llegada me indican que ya tengo reservada la cama .En recepción presento la credencial, pongo todo en orden, ducha imprescindible, lavo y tiendo la ropa sucia de hoy, y me llevo una gratísima sorpresa, pues cuando me dispongo a comer y me paso por la cocina del albergue ,¡¡me están esperando con la comida hecha!!, (es lo que tiene el Camino de Santiago, te encuentra a gente que el primer día ya te están ofreciendo amistad e incluso te invitan a comer, y a cambio de nada) no se en concreto que es lo que es, una especia de pasta italiana, caliente con ensalada… ¡¡para chuparse los dedos!!

Son cerca de las cuatro, toca siesta, descansar, y ya por la tarde tranquilamente salir a conocer un poco el pueblo, recoger la ropa ya seca y preparar todo para mañana, una etapa tranquila , si tenemos en cuenta de dónde venimos, y llegaremos hasta Cadavo Baleira (Lugo).

2-agosto-2019


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