Francisca Blanco, técnico en Dietética y Nutrición

La mayoría de las personas que se acercan a un herbolario buscan otra forma de curarse

Herbolario Vital lleva abierto en Campo de Criptana quince años. Un tiempo más que suficiente para que su propietaria, Francisca Blanco Torres, Paqui, nos pueda contar cómo la confianza en la medicina natural ha ido aumentando y formando parte de la vida de muchas personas en nuestro pueblo. Las plantas medicinales ocupan las estanterías y mostradores del pequeño local en plena calle Castillo con diferentes formas, tamaños, colores y envases. Y es que si es verdad que la hierbas a granel siguen estando debidamente clasificadas también es cierto que últimamente se han transformado en cápsulas, comprimidos, cremas y jarabes. Su clientela son sobre todo mujeres y los males son de huesos, articulaciones, problemas digestivos y kilos de más entre otros. Para cada uno de estos males hay un remedio en el herbolario siempre y cuando, como dice Paqui, sepamos ser constantes y persistentes.

Mari Tere Martín Pueblas

Los chinos también pueden con el comercio justo

No faltan a la cita navideña con Campo de Criptana. Es la exposición y venta de productos de comercio justo que desde hace años forma parte del calendario de Navidad. Mari Tere Martín Pueblas Fraile no se cansa al igual que el Grupo de Animación Misionera al que pertenece y es que las necesidades son muchas entre los más desfavorecidos y todo es poco para, como ella dice, abrir caminos de esperanza y de cambios. En Campo de Criptana el camino está en marcha desde hace tiempo, ahora se trata de seguir caminando. Hasta el sábado, 3 de enero, la exposición de artesanía andina está abierta en la Casa de Cultura en horario de tarde. Desde las 18.30 a las 21 horas. Junto a Mari Tere, un grupo de jóvenes voluntarias que comparten parte de su tiempo de vacaciones con una buena causa.

Tras la restauración que dirige el carpintero molinero Juan Bautista Sánchez

El Sardinero ya va a poder envejecer a gusto

Juan Bautista Sánchez Bermejo lleva años entre aspas, ruedas catalinas y vientos. Es carpintero molinero, una profesión que vive con pasión y entusiasmo. Así lo transmite cuando habla de su trabajo y más aún cuando de quien se trata es del Sardinero, su niño mimado. Desde hace unas semanas dirige la obra de restauración de este molino que para Juan Bautista tiene mucho de evocador . "Es, asegura, el molino de mi alma". Además nos cuenta que es "la joya de Criptana pues se conserva original de los pies a la cabeza".

Carmelo Díaz-Ropero, 23 años haciendo el belén parroquial

Según hago el belén rezo y me condeno, al final doy gracias porque el Niño vuelve a nacer

Es Carmelo Díaz-Ropero, el fotógrafo, el del órgano y la cámara de la televisión del pueblo y es Carmelo el de los belenes. Estos días, en vísperas de Navidad me lo encuentro en la Iglesia montando el belén de la parroquia y ya son 23 años ininterrumpidos buscando un rincón para que el Niño nazca. Lo hace porque le gusta y sobre todo por fe porque "sin ella no podría".

Religioso teatino, escritor y hombre de inteligencia clara y palabra precisa

Valentín Arteaga, un criptanense con mirada universal

La entrevista con Valentín Arteaga Guijaldo es un silencio entre tanto ruido, un sosiego entre tanta prisa y un espacio para escuchar a quien sabe poner palabras precisas a los pensamientos. Nuestro criptanense universal es ciertamente una persona enriquecida por el mundo, se deja empapar primero para luego pensar, analizar y opinar. Y lo hace a través principalmente de la poesía que, como bien dice, es plegaria.

Presentado el proyecto

Una nueva casa parroquial adaptada a los nuevos tiempos

A la vuelta de la esquina de la plaza fue donde me encontré el pasado martes entre ladrillos y cemento al Obispo de Ciudad Real, Antonio Algora acompañado por nuestro párroco, Juan Carlos Camacho. Allí estaban, rodeados de representantes políticos y de vecinos poniendo la "primera piedra" de lo que será en unos meses la nueva casa parroquial de Campo de Criptana. Un gesto simbólico pues la obra lleva en marcha dos meses y por el ritmo con que ha arrancado podría estar terminada antes de comenzar el próximo curso.

Trabajan en las obras de la carretera

Francisco, Antonio y Jesús, vecinos por unas semanas

Desde hace unas semanas sus caras son las primeras que veo cuando salgo a la calle. Uno, Jesús Izquierdo de Pozuelo de Calatrava, en el camión para arriba y para abajo cargando y descargando; otro, Antonio Aranda de Villafranca de los Caballeros, en la pala manejando los mandos y otro, Francisco Moratalla de Campo de Criptana, siempre mirando al suelo para evitar que se rompa alguna tubería o cable entre otras muchas cosas.
Junto a ellos, dos o tres encargados de las obras y unos cuantos operarios más de aguas con Pedro Jiménez al frente sin olvidar quienes se encargan del solado tras más de una capa de tierra y grava.

Me siento en el poyete de la casa del vecino y charlo con ellos mientras almuerzan y retoman fuerzas para continuar con la jornada. Eso sí, lo hacemos en el único rincón de la calle que da el sol y cómo se agradece.
"Este rato y la vuelta a casa" dice Francisco son los mejores del día sin olvidar que el hecho de trabajar es ya una bendición. Lo peor está en arrancar por las mañanas con el frío. Este criptanense nos cuenta que es nuevo en la obra civil ya que siempre ha trabajado en la construcción como oficial de primera.
Antonio trabaja en la empresa de su padre y asegura que lo peor es "cuando chispea que parece que no llueve pero terminas calado". Francisco apunta que con diferencia lleva peor los días de lluvia con barro hasta detrás de las orejas. A Jesús, la climatología le afecta menos una vez dentro del camión aunque también pasa mucho tiempo a pie de obra. Los tres no lo dudan, prefieren el verano al invierno. Al fondo se oye a uno de los compañeros de aguas que disiente y afirma que el invierno lo lleva mejor que el calor sin ninguna duda.

Carmen Alberca, Javier Cobos y "Enclave Cultural"

Jóvenes, emprendedores y formados, así son estos chicos

Estos chicos son Carmen Alberca Lucerón y Javier Cobos Fernández y cuentan con los ingredientes ideales: jóvenes, emprendedores y formados. Es el perfil que desde hace un tiempo se vende para luchar contra la falta de empleo. Los dos son de Campo de Criptana y ambos han apostado por unir fuerzas y trabajar en un espacio del que se habla mucho y en el que hay mucho por hacer, el turismo.
Hace un año pusieron en pié "Enclave Cultural", un juego de palabras que nos acerca a una iniciativa que va más allá del turismo de llegar, ver y marchar. Carmen y Javi no se quejan para nada de lo logrado en estos meses pero son muchas las ideas que tienen para ir más allá. "Fácil, dice Carmen, sabemos que no es pero tampoco imposible".
Ambos llegaron al turismo hace unos años de manera casual, les gustó y en ello están. Trabajando duro en un sector que quieren convertir en su forma y medio de vida desde la profesionalidad y la calidad.

La melodía de mi vida musical suena completísima

Decir Rafael Calonge, o mejor Falín, en Campo de Criptana es decir MÚSICA, así con mayúsculas. La vida de este criptanense octogenario ha sido y es pasión por la música. Su currículum así lo dice y así lo dicen los premios, fotos, placas, reconocimientos... que en su lugar de trabajo guarda. Una habitación que se queda pequeña para quien tanto tiene vivido. Fue director de la Agrupación Musical de Ciudad Real desde e 1975 a 2008 y de la Banda Filarmónica Beethoven durante 20 años. Falín hizo sus primeros pinitos como director en el grupo de pulso y púa "Armonía" y fue miembro de la orquesta de baile "Ritmo" que tocó durante muchas ferias y carnavales. Nuestro músico creaba en 1956 la Coral Santa Cecilia.

Lo mejor de Falín Calonge está en su profunda satisfacción con la vida

Pero lo mejor de Falín Calonge está en su profunda satisfacción con la vida. "La melodía de mi vida musical, afirma despacio y pensando bien lo que dice, suena completísima, con una armonía sublime y llena de satisfacciones". La charla con Falín fue una conversación pausada y serena alrededor de la mesa sobre la que prepara ya su próximo trabajo.

Mª Carmen Violero Palomino es una de nuestras vecinas de Campo de Criptana y como otras muchas su vida se convertía de un día para otro en un calvario. Ahora una vez superado el cáncer en dos ocasiones sonríe, se siente una privilegiada y vive la vida momento a momento. Hoy nos quiere contar que "esta enfermedad" se puede vencer y quiere ser ejemplo de esa superación y ayuda para tantas personas que "del día a la noche la vida se les derrumba".
Sabe que es una privilegiada, al contrario que tantas personas que se quedan en el camino. Por eso asume perfectamente que a ella le toca ser la voz optimista y la cara que ponga una sonrisa donde solo hay incertidumbre.