Miguel Ángel Angulo López-Casero, el Ateneo Musical y el bombardino

 “Nunca imaginé que el Ateneo llegaría al 50 aniversario con este nivel y categoría”

Laura Figueiredo (25 de mayo de 2023).- Estuvo desde el principio y apostó por la iniciativa junto a un buen grupo de criptanenses. Ha sido socio, miembro de la Junta directiva y presidente. Y como tal, pasaron treinta y dos años con sus mejores y peores etapas y siempre con un mismo objetivo: acercar la música clásica de calidad y profesional a la localidad. Y se logró. Este fin de semana se celebra el concierto 451.

Hablamos del Ateneo Musical de Campo de Criptana y de quien durante treinta y dos años fue su presidente, Miguel Ángel Angulo López-Casero. Concretamente desde 1989 hasta 2021. Fue entonces cuando entrega el testigo a un nuevo equipo “con profesionales y personas muy vinculadas a la música”. Una satisfacción muy grande para Miguel Ángel que en más de una ocasión pensó que el Ateneo desaparecía porque los problemas cuando se habla de música clásica, no son pocos. Y es que la sombra de la falta de recursos económicos siempre ha estado presente y ha llevado a Miguel Ángel a llamar a muchas puertas.

Miguel Ángel nos habla de su mayor satisfacción: haber podido hacer realidad la música clásica en directo en Criptana y en un 90% de alto nivel. Otra satisfacción es ver cómo el Ateneo ha potenciado vocaciones y ha educado de alguna manera a un público en la escucha de este tipo de música.

Nuestro entrevistado también suma años como miembro que fue de la Banda de Música Filarmónica Beethoven. Setenta y dos años tocando el bombardino con mucha afición y entusiasmo.

Ahora este criptanense, hijo, hermano, padre y abuelo de músicos además de presidente de honor, celebra los 50 años del Ateneo con una gran sonrisa y con la satisfacción, además, de hacerlo por la puerta grande y con un buen futuro.

-Miguel Ángel te veo muy contento y creo que tiene mucho que ver con el hecho de que el Ateneo ha encontrado relevo.

Sí, claro que sí. Es lo que necesitábamos, músicos profesionales al frente del Ateneo y personas muy vinculadas a la música. Un buen equipo que da continuidad al Ateneo ya con otra manera de funcionar propia de los tiempos en los que estamos. Ahí están Miguel Corrales, Javier Estebaran… y claro no me quiero olvidar de mi hijo, Manolo, que se ha empeñado en meterse en esta aventura. Ha caído en buenas manos, todo un equipo con preparación y entusiasmo.

¿Imaginaste que el Ateneo llegaría a los 50 años por la puerta grande?

Confiaba en que el Ateneo llegaría a celebrar su medio siglo, pero nunca imaginé llegar con este nivel y categoría. Confío también en que no quede todo en los 50 años y que sigamos con el 51, 52…

“Confío en que no quede todo en los 50 años y que sigamos con el 51, 52… “

 

-Hace unos años me decías que te encontrabas desalentado ante los retos de relevo, redes sociales y llegar a la gente joven ¿Fase superada?

En gran medida sí. Era un momento crítico, había que sumar caras jóvenes al Ateneo, manejarse en las redes sociales y contar con un buen equipo a quien entregar el testigo además de afrontar el tema económico para poder seguir trayendo conciertos de nivel musical.

 -¿Llegaste a pensar que el Ateneo desaparecía?

Unas cuantas veces sí. Era complicadísimo, siempre hemos tenido la sombra de la falta de recursos económicos para sacar adelante el Ateneo que todos queríamos: un espacio capaz de acercar la música de calidad, los buenos profesionales a Campo de Criptana. Había que salir adelante y me animaba a mí mismo recordando el empeño y entusiasmo de los primeros años o el reto de la compra del piano que finalmente se logró con la generosidad de muchos. Parecía imposible y ahí está el Yamaha con más de 30 años. Fue toda una aventura y se logró. En esos objetivos que parecían inalcanzables pensaba cuando las cosas se complicaban.

-Pues el objetivo de celebrar los 50 años con un programa de lujo también se cumple.

Las cosas han cambiado y con el 50 aniversario se ha trabajado mucho en la búsqueda de patrocinios y se han logrado; la gente ha respondido muy bien y hay que agradecerlo.  Nos hemos metido en unas cantidades muy considerables y en unos niveles profesionales magníficos. Una calidad que siempre es verdad que hemos cuidado y ha sido motivo de orgullo.

-¿Ha resucitado el Ateneo?

Hombre muerto no estaba, seguíamos cumpliendo con la oferta de programación con un gran esfuerzo por detrás. Claro que necesitaba reanimación, necesitaba relevo con gente más joven, profesional que pudieran afrontar los retos. También es verdad que estamos en el 50 aniversario, una cifra que parece que anima a unos y a otros, pero como te digo habrá que pensar en la continuidad.

-¿Cómo ves esa continuidad?

La veo real y hay ganas y entusiasmo y eso es muy importante. Tal vez habrá que mirar y cambiar algunas cosas y en vez de 10 conciertos al año habrá que pensar en 8 o 7. Sí, claro que veo continuidad en el Ateneo. Y lo veo no solo por la nueva dirección, también por los socios que se les ve agradecidos y valoran y disfrutan la programación que se ha organizado para este año.  

-No te has desvinculado del Ateneo. Dejaste de ser presidente tras 32 años y ahora formas parte de la junta. No es fácil imagino tras tanto tiempo cortar la relación.

Pues no es cuestión de que sea fácil o no es cuestión de si puedo seguir aportando algo y colaborar de alguna forma. Así lo planteé y ahora sigo en la junta echando una mano y si algo puedo aportar… pues aquí estoy. La junta cuenta con 9 personas muy involucradas en seguir y mejorar la trayectoria del Ateneo.

-¿Criptana es música?

Es discutible. Tal vez falta interés o curiosidad por escuchar música de vanguardia y nos limitamos a un repertorio más clásico; como el lógico nos quedamos en la música que nos resulta más grata y es totalmente entendible y respetable. Nos cuesta innovarnos. Por otra parte, y si hacemos comparaciones, que siempre son odiosas, podemos ver cómo Criptana se vuelca a la hora de hablar de Semana Santa mientras que ante los conciertos cuesta pagar una entrada muy módica. También es verdad que esto va cambiando poco a poco.

-La calidad y la profesionalidad hay que pagarlas.

Claro, soy de los que piensa que a los músicos hay que pagarles. Y la gente debe entenderlo y creo que es de cajón.

-¿Crees que Criptana valora la labor del Ateneo?

En buena medida sí, aunque no en la que a mí me gustaría. Ha dado mucho, 451 conciertos y el 90% podemos decir que han sido de una calidad elevada. Y ahí está un buen legado: el hecho de haber enseñado a escuchar música y, en buena medida, a potenciar vocaciones. Y de esto último es casi de lo que más orgulloso me siento: vocaciones de profesionales que ahora están en muy buenas orquestas nacieron en el Ateneo.

“Vocaciones de profesionales que ahora están en muy buenas orquestas nacieron en el Ateneo”

 

-Hay sensibilidad musical ¿Y sensibilidad financiera?

Queda mucho. Para el 50 aniversario se ha logrado y ha habido buena disposición, pero… esa concienciación de manera continua no existe. Hemos tenido a lo largo de los años financiación de las fundaciones culturales de bancos, la Fundación March o Guerrero… y desde hace ya un tiempo llegas a esos sitios y todo ha cambiado mucho. En España en general, la sensibilidad de patrocinio por parte de la empresa privada a la cultura y en concreto a este tipo de música no existe apenas. Además, hemos tenido y tenemos años malos económicamente y en las crisis los primeros recortes van a la cultura. Lo importante es que sigamos haciendo cosas.

-Durante todos estos años al frente del Ateneo ¿Habéis tenido complejo de pedigüeños?

A mí me lo han llegado a decir y es que hemos llamado a muchas puertas. Pero tuvimos suerte, recorrimos todos los foros y patronatos y sitios donde pudiéramos recibir ayuda. Ahora mismo, tenemos muy buena relación con la AIE, Asociación de Intérpretes y Ejecutantes, con Luis Cobos como presidente y es un apoyo muy importante. Este año nos traen tres conciertos a los que hay que sumar los que el Ateneo puede traer gracias a las empresas que nos patrocinan. Ha sido un exitazo. Estamos muy agradecidos y habrá que ser optimistas de cara al año que viene y sucesivos.

-¿Cuál es tu mayor satisfacción en estos 32 años de presidente?

La mayor satisfacción para mí y para el Ateneo es haber podido traer a tanta gente tan estupenda a Campo de Criptana. Hemos acercado a Criptana la música de muy buenos profesionales en todos los ámbitos musicales desde corales a óperas adaptadas pasando por grupos de cámara, orquestas sinfónicas, de plectro… violinistas, pianistas, arpistas, cantantes, guitarristas, danza… Pues sí, yo diría que todo un lujo la oportunidad insustituible de vivir tantos conciertos con música en directo.

“La mayor satisfacción para mí y para el Ateneo es haber podido traer a tanta gente tan estupenda a Campo de Criptana”

 

-Otro tema al margen del Ateneo, ¿dónde está tu bombardino?

Pues en donde tiene que estar, devuelto a la banda. Lo devolví a su dueño, la Banda de Música Filarmónica Beethoven y es que la banda una vez compró un instrumental entero, no era de mi propiedad. Ahora las cosas han cambiado, los chicos que quieren estudiar se compran un instrumento mucho mejor. Cada músico que entra lo hace con su propio instrumento y no es cualquier instrumento, es el mejor.

 -¿Cuántos años estuviste tocando el bombardino en la banda?

Setenta y dos. Un número que me asusta a mí mismo, desde 1948.

“Yo mismo me asusto cuando digo que he estado 72 en la banda tocando el bombardino”

 

-Puedes contar muchas cosas de la banda.

La banda ha cambiado mucho. Son personas profesionales o estudiantes en el conservatorio y lo que pasa es que se marchan luego a estudiar o trabajar fuera. Se ha profesionalizado, hay más oportunidades de formación. Antes, éramos todos prácticamente amateur. Entran jóvenes músicos, pero se van ¿y cómo se cura eso? Una banda con mayoría de músicos amateur, como éramos hasta no hace tanto, se compensaba con la gran afición y se trabajaba mucho. Estábamos muy entregados a la banda, íbamos a una. Tuvimos la suerte de que pasara por aquí Miguel Romea que subió la banda a unos niveles que no nos lo creíamos. Y ahora sigue adelante y creciendo con retos importantes con Juanjo Fernández en la dirección, ahí está el Concierto de Primavera de este año, magnífico.

“Éramos una banda con mayoría de músicos amateur, pero quedaba compensada con la gran afición y con mucho trabajo”

 

-¿Hay un gen Angulo música? ¿Se hereda?

Pues debe ser. Es cierto, tengo padre, hermano, hijos y nietos músicos. Ahora mis nietos, menos uno, todos estudian música y en contra de mi opinión: fagot, chelo y violín.

-¿Por qué dices que son músicos en contra de tu opinión?

Las salidas son muy inciertas. Hay mucha gente muy buena y muy preparada. Pero que lo digo con la boca chica, qué duda cabe que me ilusiona mucho.

-Última pregunta, ¿Veremos alguna vez un auditorio como es debido en Campo de Criptana?

Lo que creo es que muchos no lo vamos a ver.

 

 


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