“Según nos vayamos jubilando los de nuestra generación… detrás de nosotros no viene nadie”
Laura Figueiredo (12 de enero de 2022).- Me los he estado encontrando todos los días en mis caminatas a la Virgen subidos al tejado de la ermita. Han sido los encargados de reparar la techumbre del santuario en los últimos meses del año pasado con el apoyo económico de la Junta de Comunidades, Ayuntamiento y Hermandad.
Allí quedé con los dos socios de una de las empresas de construcción más antiguas de Campo de Criptana, Construcciones Santa Teresa que se creaba en 1987 a iniciativa de ocho maestros albañiles que decidían entonces aunar fuerzas y unirse en una misma empresa.
En 2010 y en plena crisis de la construcción Julián Olmedo Rubio y Santiago López-Pintor Quintanar, sobrino y yerno de antiguos socios deciden tirar para adelante con la empresa y seguir trabajando en lo que siempre habían hecho, ser albañiles y ahora también empresarios. Dos aspectos que les permiten ver el sector desde dos perspectivas diferentes con todo lo bueno y lo malo de cada una.
Julián y Santiago ven con optimismo el momento que vive la construcción pues tras la gran crisis ahora no falta trabajo aunque son muchas las exigencias para poder mantenerse dentro del círculo de las obras y de las contrataciones. De hecho, tanto uno como otro aseguran que es más difícil ser empresario que albañil pues las responsabilidades y preocupaciones se multiplican cuando a uno le toca cuadrar números y conseguir cerrar acuerdos.
Son albañiles de toda la vida. Julián aprendió con su tío Juanjo y ya en los 80 trabajaba junto a él mientras que Santiago, más joven, comenzaba a subirse a los andamios en los primeros años del 2.000. Si bien ahora no falta trabajo sí escasean buenos albañiles por debajo de los 40 años. “Detrás de nosotros no viene nadie” dicen refiriéndose a una generación de albañiles de toda la vida que van jubilándose sin un relevo asegurado. Entonces los albañiles sabían hacer bien todos los oficios, igual enlucían una pared que enyesaban o echaban un piso. Ahora eso es difícil de encontrar.
Y es que en los años de la crisis, 2008, muchos buscaron otros trabajos y a ello se suma que a los hijos se les ha facilitado otros estudios profesionales con el afán siempre de mejorar. A pesar de ello tanto Julián como Santiago afirman que Criptana sigue siendo un pueblo de albañiles y que son todavía muchos los que se levantan bien temprano para trabajar fuera o dentro de la localidad.
Emérito, José Francisco y David, albañiles de los de toda la vida
Además, aprovecho y hablo con algunos de los albañiles que durante esas semanas acudían puntuales mañana y tarde a su trabajo en la ermita de la Virgen. Los tres llevan mucho tiempo trabajando en Santa Teresa. Emérito Muñoz Quirós sigue compaginando el trabajo de albañil y a los mandos de la máquina de brazo con el campo. Dos labores que conoce desde bien chiquitín siempre de la mano de su padre -porque para hacer las cosas bien hay que estar dispuesto a aprender- y de hecho él afirma que sigue aprendiendo. Le gusta tanto el campo como estar en la obra y el tiempo se le pasa volando.
Muchos años son los que llevan en la obra también José Francisco Muñoz Alberca y David Ucendo Herrero ayudante albañil y oficial albañil respectivamente. El primero nos explica que es lo que ha hecho toda su vida y es lo que conoce y sabe. Ve normal que haya gente que busque otras cosas porque para estar en la obra hay que trabajar duro y el tiempo no siempre acompaña entre el frío del invierno y el calor del verano. David ha estado siempre con los albañiles aunque también conoce el campo –se saca tiempo para todo cuando se es trabajador-. Este maestro albañil empezó también con su padre a los 16 años y espera jubilarse al igual que sus compañeros en la construcción.
Emérito, José Francisco y David tienen muy claro que para su trabajo ni verano ni invierno, son de primavera y otoño aunque ya llevan muchas estaciones a sus espaldas.
Santiago López Pintor Quintanar y Julián Olmedo Rubio
-Julián y Santiago hoy se está aquí, en la Virgen, de maravilla.
Santiago.- Si vienes ayer no dices lo mismo ¡menudo aire corría!
-Construcciones Santa Teresa es de las constructoras de toda la vida en el pueblo.
J-. Son muchos años, se fundó en diciembre de 1987, ocho maestros albañiles y se juntaron y se han ido o saliendo o jubilándose hasta que en 2010 nos quedamos nosotros al frente junto a uno de los antiguos socios que estuvo unos años más hasta que se jubiló.
“En 2010 nos quedamos nosotros al frente de la empresa, había que tirar palante”
-2010 no es una fecha cualquiera.
J.- No, para nada, dínoslo a nosotros. Plena crisis. Había que trabajar así que había que tirar palante y nos quedamos y a ver cómo sale la cosa.
-¿Quedaron muchas deudas?
S.- Sí, muchos nos debían, una cadena de deudas y poco trabajo.
-¿Qué se aprendió de aquella crisis?
S.- A afianzar los pagos para no quedarte colgado.
-¿Y qué no había que abarcar tanto?
S.- También.
J.- Más vale poco y pisar sobre seguro. Saber que lo vas a cobrar y cuanta menos gente todo más controlado. Es que te meten mucha presión y te obligan a coger gente porque te empiezan a meter obra y más obra y si dices que no, te quedas fuera del carro. Sobre todo con las empresas grandes o aceptas o te vas fuera.
“De la crisis aprendimos a afianzar los pagos y que más vale poco y pisar sobre seguro”
-¿Cuál es el momento ahora?
S.- No es malo dentro de lo que cabe, ahora mismo no falta trabajo.
-Lo que dicen es que no hay profesionales.
J.- Cuando la crisis, gente de nuestra edad se buscaron otros trabajos y luego es muy duro levantarse todos los días a las 5 de la mañana y tirar para Madrid. La gente prefiere ganar un poquito menos y echar sus horas en el pueblo o cerca del pueblo. Ganas un poco menos pero lo ganas en vida.
S.- Se busca un trabajo más cómodo.
-Qué pensáis cuando se dice –si no estudias… con los albañiles-
S.-… O al campo. Pues que hay que trabajar.
J.- Eso era antes ahora ya no. Antes terminabas de estudiar y con los albañiles y aprendías un oficio y ya lo sabías con veintipocos años y ahora ya no, no hay chicos que aprendan.
S.-No quieren ni ellos ni los padres.
J.- Pasas frio, calor, te mojas y para tus hijos quieres algo mejor.
-Y todos queremos hijos universitarios.
J.- Y no pueden ser tantos.
S.- Habrá que seguir construyendo.
-¿Está valorado vuestro trabajo?
J.- No se valora y de hecho si se pagara mejor habría más gente y ahora por cien euros más no se van a ir a Madrid a trabajar.
-¿Y no se puede pagar mejor ahora que vosotros también sois empresarios?
J.- Pues no porque no te puedes pasar de los presupuestos y se tira muy, muy por debajo para poder entrar en los concursos y trabajar para las grandes. Son bajas temerarias y vas con el agua al cuello.
S.- Son muchas veces imposibles de cumplir.
-Para estar atento a tanta oferta y convocatoria hay que saber moverse.
J.- Generalmente empresas como la nuestra trabajan para empresas grandes. Los contactos son esenciales.
-El contratante o cliente ¿Qué mira más la calidad o el dinero y el tiempo de finalización de obra?
J.- Tú presentas un presupuesto y la mayoría va a la última hoja directamente. No miran más.
S.- Y fuera que es tarde. Poco importa la calidad o la profesionalidad.
“Lo primero que mira la mayoría de los clientes en un presupuesto es la última hoja, poco importa la calidad o la profesionalidad”
-¿Habría que recuperar la figura del aprendiz?
S.- En todos los oficios.
J.- Según nos vayamos jubilando los de nuestra generación… detrás de nosotros no viene nadie.
“Según nos vayamos jubilando los de nuestra generación… detrás de nosotros no viene nadie”
-¿Y cómo son los albañiles de vuestra generación?
J.- Pues somos albañiles que hemos trabajado en el pueblo, que igual sabemos poner un azulejo que poner un piso o enlucir una pared y de esos quedan cuatro. Sí, hay quien te pone yeso, pero no le saques de eso. Albañiles de arrancar una casa desde abajo y terminarla quedan en el pueblo muy pocos.
“Albañiles de arrancar una casa desde abajo y terminarla hasta arriba y bien terminada quedan en el pueblo pocos”
-¿Qué es más difícil ser albañil o empresario?
S y J.- Empresario.
J.- Albañil tienes tu responsabilidad, pero tienes tu horario y siendo empresario no hay horario ni fiestas ni fines de semana. Son muchas preocupaciones.
-¿Qué hay que tener muy claro para ser buen albañil?
J.- Que te guste y querer hacer las cosas bien.
S.- Y no todo el mundo vale ni sirve.
“Para ser buen albañil tiene que gustarte y querer hacer las cosas bien”
-Cómo albañil lo más difícil es…
S.- No sabría decirte, cada trabajo tiene lo suyo.
- ¿Y cómo empresario?
J.- Todo, buscar trabajo, manejar a la gente, los cobros, facturas, normas… ¿Sigo?
-¿Criptana sigue siendo un pueblo de albañiles?
S.- Cada vez menos.
J.- Pero todavía hay muchas empresas y sigue habiendo mucha gente que salimos todos los días a Madrid.
“Somos todavía muchos los que salimos todos los días a Madrid a trabajar”
-¿Santa Teresa dónde ha estado?
S.- En toda España.
J.- Mallorca, Canarias, Asturias, Málaga… donde había trabajo.
-¿Una obra de la que os sintáis orgullosos?
J.- Pues mira hace un par de años cambiamos todos los tejados de la Iglesia. Y esa es una obra que da gusto haberla hecho. El tejado de la ermita de la Concepción y su reconstrucción. Nuestros antiguos jefes hicieron promociones de viviendas en Criptana en calle Olivas, Calderón, Duque de San Fernando... Estuvimos también trabajando en la reconstrucción de la estación de Príncipe Pío y el Teatro Maravillas en Madrid.
