Inma Ortiz Escribano, Attitude y la magia de crear

“Mamá, papá, de mayor quiero ser bailarina y profesora de baile”

Laura Figueiredo (13 de septiembre de 2022). Desde bien pequeña lo tenía claro, quería ser bailarina y profesora de baile y para rematar añadía “con una escuela en el pueblo”. Y así ha sido. Para ello, primero sabía que había que dedicar tiempo y esfuerzo a formarse lo mejor posible para después, y sin dejar de asistir a cursos, dar el paso decisivo, abrir academia de baile en su pueblo, Campo de Criptana.

Es Inma Ortiz Escribano y su sueño se hacía realidad en 2019 cuando abre Attitude Escuela de Danza. Antes Grado Profesional de Danza Española en el conservatorio de Albacete, grado superior de Pedagogía en Danza en Valencia y cursos, muchos cursos para perfeccionar ejecución y enseñanza.

Inma es todo entusiasmo y vive todo con intensidad. Cualidades que le han ayudado a superar un inicio de academia con declaración de pandemia COVID. No fue fácil, pero salió airosa y sigue contando con la confianza de casi 200 alumnas y sus familias. Este mes de septiembre será el primer curso que comience a cara descubierta, a sonrisa abierta. Las sonrisas de ellas y de ellos que aunque en clara minoría están. Ojalá poco a poco se vayan cayendo clichés y normalizando lo que aún causa extrañeza.

Hablo con ella a los pocos días de su vuelta de París, donde Attitude ha participado en el Festival Internacional “Vive tus sueños” donde han sumado 8 premios entre las 11 coreografías que llevaron. Muchos sueños son los que Inma sigue persiguiendo desde su academia de danza, que en tan solo tres cursos, con pandemia incluida, acumula premios, festivales, concursos… Y todo ello acompañado siempre por la magia de la danza.

¡Ah!, nuestra bailarina y profesora de baile se decanta por la danza española que es su especialidad y además asegura que es la más completa de todas. 

-Inma, ¿es verdad que desde pequeña tenías las ideas bien claras?

Lo tenía muy claro, quería ser bailarina y profe de baile. Estaba convencida de que lo lograría, aunque a mi alrededor se lo creían menos. Y es que, además, tenía claro que iba a abrir una escuela en mi pueblo.

-Hasta llegar hay todo un proceso de formación y trabajo y por medio imagino que decisiones complicadas.

No son fáciles, pero la verdad es que yo no lo tenía que pensar mucho. Me fui a Albacete a hacer el grado profesional de Danza Española a la vez que estudiaba Magisterio de Primaria especializada en Música y Educación Física.

-Lo de magisterio, ¿por qué?

Pues también un poco por mis padres. Me decían -eso de la danza no te va a dar de comer- o -como tengas alguna lesión…- y lo comprendo, querían algo más para asegurar el futuro. Eso de que una hija te diga “quiero ser bailarina” es difícil en un mundo en el que no se considera como debe considerarse la danza y las artes en general. Cuando terminé tuve que pensarme el siguiente paso: ir a Valencia a estudiar el grado superior de Pedagogía en la Danza o trabajar en el colegio donde había hecho las prácticas en Albacete. Era tentador el tema de trabajar, pero mi apuesta era seguir formándome y eso fue lo que hice y gracias a ello he llegado hasta Attitude.

"Eso de que una hija te diga “quiero ser bailarina” es difícil en un mundo en el que no se considera como debe considerarse la danza"

-Y es cuando llega Attitude a Campo de Criptana.

No, antes me especializo en Danza Social y Comunitaria a la vez que sigo trabajando en centros o escuelas de Quintanar, Criptana o Socuéllamos. Y ya sí que abro mi proyecto en Criptana y me dejé los miércoles libres para seguir estudiando diferentes cursos. Era el curso 2019/2020.

-¡Cumpliste tu sueño!

Sí, y justo en el curso de la pandemia. ¡¡¡Qué ojo!!!

-¿Sentiste miedo una vez que te decides e inauguras?

Mucho. Yo ya estaba dando clases de danza en Criptana a la vez que estudiaba en Valencia. Contaba con la mayoría de este grupo de alumnas que confiaban en mí. Pero cuando abres una cosa nueva no sabes con qué te vas a encontrar.

-Sueño cumplido. ¿Imaginabas que ibas a llegar en tan poco tiempo a donde has llegado?

No y menos en tan poco tiempo, hablo de aproximadamente 200 alumnos y decenas y decenas de coreografías y certámenes o concursos. La clave estuvo en después de ese primer curso con pandemia y confinamiento, mis alumnos siguieron confiando en mí y en la escuela. Fue un primer curso de online intensivo que para nada estaba pensado.

-Te habías formado en todos los cursos habidos y por haber menos en la enseñanza online.

Si, en todo menos en eso. Y además, hablamos de una enseñanza de tú a tú donde el contacto físico y la presencia es esencial para corregir y evitar lesiones. ¿Cómo corregir?, ¿cómo evaluar? La danza es muy física; era todo muy raro. Pero pasó la pandemia más dura y volví a abrir el siguiente curso con todas sus restricciones y medidas y tiramos para delante con mascarillas incluidas. Tuvimos que reestructurar todo empezando por el propio local. Y como en todas partes, dividir espacios, salas, temperatura, hidrogel…

-Y ahora llega el primer curso normal para Attitude.

Eso esperamos. Pero la verdad es que no me puedo quejar porque a pesar de las mascarillas y restricciones hemos hecho un montón de cosas. Es la primera vez que voy a ver entrar a mis niñas en septiembre con una sonrisa. Han crecido aquí con mascarilla.

“Es la primera vez que voy a ver entrar a mis niñas en septiembre con una sonrisa. Han crecido aquí con mascarilla”

-A pesar de haber sido cursos anormales habéis conseguido muchas cosas.

París ha sido la final. Para llegar a París hemos necesitado dos años y superar cuatro concursos eliminatorios. Hemos llegado con 11 coreografías para un concurso internacional y europeo “Vive tus sueños”. Volvemos con 8 premios y la alegría de haber hecho las cosas bien, al cien por cien.

“De París volvemos con 8 premios y la alegría de haber hecho las cosas bien, al cien por cien”

-¿Qué tiene la danza para convocar a tanto alumnado?

Yo creo que tiene la magia de crear. Crea amistad en torno a un objetivo común, crea grupo, todos somos uno y es algo indestructible; es la magia de crear ilusiones, nuevos retos, vínculos, nuevas sensaciones, también decepciones…

“La danza tiene la magia de crear”                                                               

-¿Qué pasa con los niños y la danza?

Pues que nos creemos que vivimos en una sociedad muy abierta en la que las familias educan en la igualdad, pero… sigue estando el peso de los estereotipos. Sacas un tutú y si te lo pide un niño te escandalizas. Es una pena porque creo que no debería ser así y creo que estamos cansados de hablar de estos temas, pero no somos iguales y menos en la danza ni en lo bueno ni en lo malo.

-Explícame eso.

En uno de los grupos de competición hay un alumno de contemporáneo y cuando hacemos individuales no quieren competir con él. Y es que a la hora de baremar se valora más una apertura de piernas de él que en ella y esto pasa con determinados giros y movimientos. Hay una exigencia diferente para ellas que para ellos a quienes se les valora más todas estas acrobacias; en ellas son esperables y en ellos sorprenden. Impactan más en un chico y no hay la misma vara de medir. Si un chico baila es menos hombre y es afeminado cuando lo cierto y verdad es que la danza exige fuerza y saberla usar. Hay unos clichés que aún pesan y eso está en las aulas, en los padres y en el mismo público.

“Hay unos clichés que aún pesan y eso está en las aulas, en los padres y en el mismo público”

-¿Estamos en el boom de la danza? Solo en Criptana hay tres centros de formación.

De las escuelas puedo decirte que sí, hay proyectos muy bonitos y gente muy comprometida, pero a nivel de España no. No es un lugar donde se valore la danza. Mira, tenemos el Ballet Nacional Español y la Compañía de Danza Clásica y los bailarines están poco valorados, con sueldos que seguro que no les corresponden. Hay un boom en mi academia, pero la danza sigue siendo minoritaria. Lo bueno es que ahora estamos los jóvenes lanzándonos a crear cosas sin miedo al rechazo, con nuevas compañías y piezas para mostrar en otros escenarios. Gracia a ello, la danza se está empezando a mover.

-Hablabas de creatividad. ¿Cómo es posible tantas coreografías y tanto vestuario?

Ahí cuento con mi madre que es un pedazo de artista. Yo le digo la idea del vestuario y ella empieza a dibujar, a hacer números, tipo de telas, colores, medidas… Para que todo encaje desde el diseño al presupuesto y por supuesto, un diseño que permita los movimientos. Ella lleva mi idea a cabo, es genial.

-¿Sigues soñando?

No se puede parar de soñar y trabajar. Vivo con intensidad, ya tengo mil y un proyectos en la cabeza. Abro en Socuéllamos con Attitude 2.0. Este año vamos a concursos en Valencia, Bruselas, Luxemburgo… esto motiva mucho al alumnado para sacar fuera lo que hacemos y aprendemos aquí. Para ello, contamos con el apoyo de los padres, ellos son el 90%. Partimos de la idea de que se pueden hacer las cosas sin necesidad de gastar mucho; hay que tener cabeza. Además, tenemos claro que lo prioritario es la danza y en los concursos hay que defender la coreografía al cien por cien y sentirnos bien con lo que hemos hecho y eso ya es el premio.

“No se puede parar de soñar y trabajar. Vivo con intensidad, ya tengo mil y un proyecto en la cabeza”

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