Gustavo Colinet Pintor, cuarta generación de joyeros en Criptana

“Este trabajo exige trabajar pieza a pieza de manera manual y artesana y eso no siempre se valora”

Laura Figueiredo (1 de marzo de 2023).- El oficio le viene de familia. Es la cuarta generación de joyeros en Campo de Criptana. Un oficio que le gusta y que ha vivido desde que su padre le ponía a soldar alianzas según venía del colegio o en los veranos. Conoce bien su trabajo, delicado y preciso y que va más allá de arreglos y pulidos. De hecho, lo que más le gusta es diseñar desde cero para luego, tras todo un proceso artesanal, convertir el oro o la plata en una pieza exclusiva de joyería.

Es Gustavo Colinet Pintor y antes fueron Gumersindo y Nati, Pepita, Adolfo, Pepe y Rafael entre otros con una presencia muy importante de las mujeres. A su generación, se añade su hermano José Fernando que tiene joyería en Miguel Esteban. Nuestro joyero nos habla con toda naturalidad de un trabajo que conoce bien tanto ante el mostrador como en la trastienda de la joyería. Un oficio que no se termina nunca de aprender.

Gustavo nos habla de los trabajos que en su taller se realizan, los procesos, los conocimientos, temperaturas, mezclas, hornos… para hacer posible desde el arreglo más sencillo a la creación más exclusiva. Y es que en un taller de joyería artesanal todo es a mano con la ayuda de una tecnología que va facilitando el trabajo. Y ello exige, profesionalidad y más cuando lo que se tiene entre las manos es una joya que muchas veces tiene más valor sentimental que económico. Algo que la hace todavía más delicada.

Gustavo nos acerca a ese mundo de lo “hecho a mano” que no todo el mundo sabe valorar. Hablamos de la fuerza de las marcas de joyería, de relojes, de los cambios en las prioridades y de la joya y el oro como inversión que vuelve a vivir un buen momento.

-Gustavo, no sorprende verte al frente de una joyería sabiendo que vienes de una larga familia de joyeros. ¿Cómo llegáis a Criptana?

Pues, yo soy la cuarta generación en Criptana aunque ya mi tatarabuelo vendía orfebrería por los pueblos con su carro y su mula. Aquí llegaron mis bisabuelos de Córdoba, Gumersindo González y Nati Mena, y se instalan en la calle de la Virgen donde estaban los futbolines del Feliso. Mis bisabuelos lo que tenían era un taller en una pequeña habitación con una pequeña mesa de trabajo. Era más que una joyería, una platería y orfebrería con tienda. De ahí, sale mi abuela Pepita que ya se instala en la calle Tercia y compagina la joyería con una tienda de lanas, una mujer genial. Mi abuela se casa con mi abuelo en un primer matrimonio, Fernando Colinet. Los tres hijos se dedican al mundo de la joyería, Adolfo y mi padre Pepe que eran mellizos y Rafael.

-¿Ponen los tres taller?

Los tres montan varios talleres juntos y trabajan para joyerías de la zona. Ya después deciden montar un solo taller grande con tienda en la calle Soledad y llegaron a tener 35 empleados. En este taller se forman y salen muchos joyeros. Cuando deciden separar el negocio, mi padre se queda aquí con el taller, que es donde continúo yo. Además, está mi hermano, José Fernando, que también es joyero en Miguel Esteban. Así que, si no me he perdido, somos la cuarta generación de joyeros en el pueblo.

-Te rodeas de buenos maestros.

Aprendo el oficio intercalando el colegio y el taller y en vacaciones que me pone mi padre en la mesa de trabajo a fabricar alianzas y a soldar. Así es como empiezo. Tras la EGB, hice los cuatro años de FP en Administración, una formación complementaria al negocio.

“Aprendo el oficio intercalando el colegio y el taller y en vacaciones que me pone mi padre en la mesa de trabajo a fabricar alianzas y a soldar. Así es como empiezo”

-Cuando hablamos de joyería hablamos de…

En este caso de joyería artesanal, lo que podía ser un orfebre.

-¿Cuál es el momento de la joyería artesanal?

Pues se sigue manteniendo, es una parte que va más allá de los arreglos, seguimos creando, fabricando y transformando y de manera artesanal porque este trabajo exige trabajar pieza a pieza de manera manual y artesana. Mira, si de esta pieza se quiere hacer una sortija no hay máquina que lo haga. Por el contrario, hay que hacer el cabujón, la base por la que introducimos la pieza;  es la transformación de una pieza antigua en una pieza nueva, un trabajo que se hace mucho.

“Este trabajo exige trabajar pieza a pieza de manera manual y artesana”

-¿Hay espacio para la creación y diseño nuevo?

Sí, yo también creo piezas nuevas. Creo un diseño y hago las fornituras para ensamblar las piezas y dar forma a esa creación. Hablamos de piezas exclusivas que hacemos bien artesanalmente bien con microfusión; eso ya es a gusto del cliente.

-¿Hay lugar para la tecnología en un trabajo tan artesanal?

En los últimos años sí y aporta muchísimo. Precisamente ahora tenemos un láser que hay que aprender a manejar y que ayuda mucho.

-Las piezas artesanales imagino que responden por lo general a un capricho.

Sí, cuando un cliente te encarga crear una pieza nueva o cuando hay que trabajar con alguna joya antigua, heredada, un regalo muy especial…

 -¿Pesa más el valor sentimental que el económico?

Muchas veces vale más el sentimental que el económico y siempre es algo muy delicado. Ellos saben que lo dejan en buenas manos. Tenemos una clientela que confía en nosotros y saben cómo trabajamos tanto en Criptana como fuera. Y es que este tipo de trabajo artesanal hay poco por aquí.

 -¿Por qué?

Por varios motivos pero una de las cosas es que el sector de la joyería lleva mucho tiempo de aprendizaje y nunca se termina de aprender. Hay una FP para joyería además de cursos de engaste y gemología y de grabado a mano. El trabajo artesanal como mejor se aprende es con las herramientas en la mano y un día y otro día en el banco de trabajo.

-¿Cuál es el momento de la joyería? Parece que una pieza de joyería no está entre las prioridades de la gente más joven.

La gente joven no valora tanto lo que es una joya, se lo gastan en otras cosas. Sí, hay otras prioridades antes que una pieza de joyería y menos aún artesanal y exclusiva. El momento no es el que era.

-Pero sin embargo funcionan bien las marcas en el mercado.

Se está comercializando mucha marca para añadir valor y se entra más por la marca; esto está pasando en todo. En una misma pieza nos tira más si lleva marca que si no la lleva.

“En una misma pieza nos tira más si lleva marca que si no la lleva”    

-Pero no puede ser lo mismo.

Hablamos de cosas diferentes, la marca elabora el diseño en cadena y no tiene nada que ver con el trabajo de joyería exclusivo y artesanal. Eso es así, hay que saber valorar la joyería para estar dispuesto a pagar lo que cuesta. Pero es que no se valora ningún trabajo artesanal y no se paga con dinero las horas que se echan. Un joyero es un artesano y la artesanía exige mucho tiempo y saber cómo hacer las cosas bien.

-¿Qué es lo que más se vende en la tienda?

Pues depende de la época. Pendientes es lo que más porque es lo de más uso diario. Para la Primera Comunión están los clásicos de relojes, cadena, medalla… Está el Día de la Madre, Navidades… Lo que sí ha cambiado es el regalo de boda, ya nada de bandejas, marcos de plata, centros de mesa…. Lo que sí todavía nosotros seguimos manteniendo es la placa de homenaje que grabamos y personalizamos y ahora añadimos la técnica de sublimación que permite la impresión de foto en color.

-¿Cuáles son los trabajos más habituales que haces?

Es que hago de todo, desde sentarme en la mesa de trabajo, estar en la tienda, grabar, fundir, transformar, arreglar, crear… y estar al pie del cañón. Todos aquí hacemos de todo.

-¿Recuerdas algún reto superado con satisfacción?

Pues sí, hicimos un encargo para una boda, unos pendientes de diamantes exclusivos que llevó un proceso largo; desde el diseño y creación hasta la terminación con muy buen resultado.

-¿Por qué la joyería está tan unida a la relojería?

Pues no sé, me has pillado. Antiguamente la relojería también estaba en las ópticas y también es cierto que muchas marcas de relojería incorporan la joyería. El caso es que nosotros siempre hemos vendido y arreglado relojes.

-¿Arreglar relojes es algo más que cambiar la pila?

Sí, además se lleva de nuevo el reloj de pulso de antes que va con el movimiento y nos lo piden con el diseño clásico de los Longines, Citizen, Duward… y ese reloj mecánico ya no es cambiar una pila.

-¿Habéis vendido últimamente muchos Casios?

El Casio se vende siempre con o sin Skakira. Eso de que es para toda la vida es verdad y es algo que deberíamos apreciar todos. Aquí han llegado Casios para limpiar con cemento directamente de la muñeca del albañil y ahí siguen funcionando. Mira, de hecho, es el único reloj que le dura su pila unos 10 años. Ese parece que no sabe de obsolescencia programada.

“El Casio se vende siempre con o sin Skakira. Es verdad que es para toda la vida”

-Otro tema ¿Hay mentalidad de inversión en joyas y oro?

Se está apostando mucho más por el oro de inversión que está subiendo. El oro es un valor seguro que va al alza. Es cierto que tuvo que venir la crisis del 2008 para que mucha gente se acordara del oro y se vendió mucho. Se sigue vendiendo muchísimo y directamente en lingote al margen de que hay quien no deja de ver en una joya una inversión.

-En esto tampoco entran muchos jóvenes.

No, hay que tener en cuenta el precio y ellos no suelen disponer de ese dinero pero es que además, está lo que antes decíamos, la mentalidad no es la misma ahora que antes aunque hay de todo. Se da más valor a un móvil de mil euros que a una sortija de diamantes de mil euros. Tampoco se le da el valor estético a la joya como antes y en eso ha hecho mucho la bisutería y hablo de bisutería buena. Con los chinos se fue generalizando el uso de la bisutería, primero de usar y tirar y ahora ya con una calidad mucho mejor. Es una opción que está ahí. Pero ya te digo, la mentalidad es otra y ahora no se busca tanto algo para toda la vida como puede ser una joya. Ya nadie va a echar una vendimia para comprarse unos buenos pendientes de oro para toda la vida.

“Los más jóvenes dan más valor a un móvil de mil euros que a una sortija de diamantes de mil euros”

-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Crear, diseñar y fabricar.

.¿Contento?

Contento, aunque como en todos los trabajos hay días y días. Pero sí, contento y satisfecho con lo que se va logrando y avanzando; siempre estoy mirando la manera de mejorar, de innovar y aprender lejos de estancarme. Ahora más que nunca hay que estar al día y todo cambia muy deprisa: ferias, nuevas maquinarias, tecnologías, técnicas…

-¿Cómo ves Criptana?

Como pueblo de unos 13.000 habitantes no lo veo mal y el comercio no está tan parado comparado a otros pueblos. Es un pueblo en el que se vive muy bien y recalco que la clientela de Criptana es muy fiel todavía al pequeño comercio. Nosotros mantenemos clientelas de generaciones y en esta relación es primordial la confianza y más cuando hablamos de joyería.

“La clientela de Criptana es muy fiel todavía al pequeño comercio”


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