El reto de coser mascarillas

204 mujeres cosiendo más de 23.000 mascarillas

Miles de mascarillas entre la satisfacción y la tristeza 

Laura Figueiredo.- Objetivo cumplido y reto superado. Así lo ven este grupo de costureras de la asociación Antares de Campo de Criptana que hace una semana se pusieron manos a la obra. La meta era coser más de 20.000 mascarillas junto a otras muchas mujeres de diferentes agrupaciones de la localidad. Su destino, el hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan.

La iniciativa partía de la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento y la respuesta de las asociaciones no se hizo esperar. Han sido muchas las mujeres que han desempolvado sus máquinas de coser y han dedicado horas extras para tener todo listo y preparado en unos días.

  Han sido muchas las mujeres que han desempolvado sus máquinas de coser y han dedicado horas extras para tener todo listo y preparado en unos días

Por casa de Manoli Sánchez, presidenta de la Asociación Antares,  pasaban a recoger los paquetes ya cosidos ayer jueves. Junto a ella, y cada una desde su casa, han trabajado otras mujeres de la asociación: Elena, Pilar, Mari Carmen, Mari Ángeles y Paquita. Todas de Antares más una segunda Mari Ángeles que se sumó y reforzó la plantilla. Era cuestión también de amor propio y el trabajo tenía que salir adelante y salió. Todas querían sentirse de alguna manera útiles más allá de quedarse en casa en medio de esta situación de locura.

 Todas querían sentirse de alguna manera útiles más allá de quedarse en casa en medio de esta situación de locura

Manoli nos cuenta que para muchas mujeres ha supuesto un reto que había que superar. Así le pasaba a Elena que desde que su hija era una cría y le hacía los vestidos de danza no había vuelto a coger prácticamente la máquina o a Mari Ángeles que la abría de tarde en tarde para coser algún bajo. En primer lugar había que poner en marcha esas máquinas de coser; casi todas necesitaron algo tan normal y necesario como es engrasarlas.

Con mucho empeño y con más de una foto por whatsapp las máquinas quedaron al descubierto en muchas casas y empezaron a funcionar. Luego había que enhebrar y conseguir saber cómo hacer las canillas  y que la tela no se arrugara según había que irla pasando. Al final, la cosa fue más sencilla de lo que parecía y “es que en cuanto te pones manos a la obra empiezas a recordar y tus manos se te van ya sin querer” dice Manoli. Y es que en Campo de Criptana son pocas las mujeres mayores de 45 o 50 años que no saben coser a máquina, la gran mayoría han pasado por las cadenas de confección de alguno de los muchos talleres  y fábricas que funcionaban en la localidad. “Muchas hemos cosido muchos años y qué alegría chica cuando al poco te mueves como pez en el agua. ¡Qué habilidad!”. Claro que hay otras voluntarias como Mari Carmen y Pilar que tienen sus máquinas siempre preparadas y con puesta a punto porque en mayor o menor medida no han dejado de usarlas.

“Es que en cuanto te pones manos a la obra empiezas a recordar y tus manos se te van ya sin querer”

El siguiente paso fue saber sacar del material que Protección Civil fue llevando hasta cada una de las casas, las mascarillas con sus tiras dobles y esa pieza metálica que se sumó a última hora para ajustar en el puente de la nariz. Esta fase sí necesitó para muchas más de una explicación y más de un vídeo que fue circulando por los grupos. Pero una vez cogido el truquillo… “¡esto está chupao!. “Nos han quedado muy decentes” afirma Manoli contenta y orgullosa del trabajo que entre todas y desde Criptana se está haciendo. Cada una ha cosido alrededor de 90 piezas.

“Una vez que cogimos el truco ¡esto está chupao!”

 

mascarillas texto

                           Foto Mercedes Lucerón

Satisfacción y tristeza

Una satisfacción a la que se une, como señalaba Manoli, la tristeza del motivo por el que se cosen y se necesitan tantas mascarillas. Entre mascarilla y mascarilla todas tenían en su mente y corazón a algún conocido, amigo o familiar afectado por el maldito virus. “Entre tanta puntada, nos dice Manoli, ha habido más de una oración”. Un día empezabas a coser con la alegría de una buena noticia y otro lo terminabas con algún nuevo caso.

El caso es que entre alegría y tristeza han salido adelante unas 23.000 mascarillas de las manos de 204 mujeres y hace unos días llegaba al hospital de Alcázar de San Juan la primera remesa de 4.500. Antes Protección Civil ha estado recogiendo los paquetes en las casas para en el Ayuntamiento y con un equipo de voluntarias embalar en cajas y hacerlas llegar al hospital donde pasan por el proceso de esterilización.

La concejala de Igualdad, Loli Cobos, nos explica que desde el principio la respuesta de las asociaciones de mujeres sumó unas 180 voluntarias a las que se añadieron mujeres a título individual, de las peñas, del grupo de catequesis o Pier Glass y otras asociaciones. Una respuesta generosa y que además ha servido de terapia a unas mujeres siempre dispuestas a hacer más y sumar. Una forma de sentirse útiles y aportar.

Loli Cobos nos explica que ya son muchas las asociaciones y mujeres que están preguntándole  si no va a haber más mascarillas. Y en ello está la concejala. Por lo pronto, se ha echado mano de una máquina cortadora particular para sacar 15.000 trajes buzo de protección y se está intentando coordinar la llamada de ayuda que llega desde un taller de Quintanar de la Orden para hacer más mascarillas. En fin, donde se necesite ahí están las mujeres de Campo de Criptana.

Donde se necesite, ahí están las mujeres de Campo de Criptana


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