Los chinos también pueden con el comercio justo

Mari Tere Martín Pueblas

"Los chinos también pueden con el comercio justo"

 Laura Figueiredo (30-12-2014).- No faltan a la cita navideña con Campo de Criptana. Es la exposición y venta de productos de comercio justo que desde hace años forma parte del calendario de Navidad. Mari Tere Martín Pueblas Fraile no se cansa al igual que el Grupo de Animación Misionera al que pertenece y es que las necesidades son muchas entre los más desfavorecidos y todo es poco para, como ella dice, abrir caminos de esperanza y de cambios. En Campo de Criptana el camino está en marcha desde hace tiempo, ahora se trata de seguir caminando. Hasta el sábado, 3 de enero, la exposición de artesanía andina está abierta en la Casa de Cultura en horario de tarde. Desde las 18.30 a las 21 horas. Junto a Mari Tere, un grupo de jóvenes voluntarias que comparten parte de su tiempo de vacaciones con una buena causa.

- Llevamos mucho tiempo oyendo hablar del comercio justo ¿se ha conseguido algo?

Sí. En Criptana la gente es muy solidaria y las compras para estas fechas de regalos y detalles pasan para muchos primero por esta exposición. Tienen claro que prefieren gastar su dinero primero en este tipo de productos y luego buscar fuera, al menos en estas fechas que es cuando acercamos la exposición. De todas formas, también es cierto que en los últimos años se han dado una serie de circunstancias que nos han llevado a organizar la muestra y venta cada dos. Por una parte falta variedad en los objetos, se repiten año tras año aunque siempre hay algo nuevo. El resto lo ha hecho la crisis y los chinos que pueden con el comercio justo y con todo.

En Criptana la gente es muy solidaria y las compras para estas fechas de regalos y detalles pasan para muchos primero por esta exposición

- Al menos ya nos suena familiar eso del comercio justo.

Claro que sí. Hace años que existe y poco a poco se fue trayendo a España a través sobre todo de parroquias, grupos misioneros y agrupaciones cristianas. Además, también son bastantes las ONGs que trabajan con esta iniciativa y existen tiendas exclusivamente de comercio justo.

- ¿Qué objetivos tiene la exposición?

Dos bien claros. Uno el de ayudar a dar salida y vender productos artesanales, en este caso andinos, de pequeñas empresas puestas en marcha por personas jóvenes desocupadas y en ambientes muy pobres. Parte del dinero que sacan con la venta ellos lo ceden a nuestro Grupo Misionero que a su vez, al margen de cubrir algunos gastos, se entrega a la Delegación de Misiones y se destina a proyectos de misioneros. El otro objetivo es concienciar a la población de consumir dentro de unas normas justas.

Uno de los objetivos es concienciar a la población de consumir dentro de unas normas justas.

- ¿Recordamos esas normas?

Vamos a ver, hay muchas cosas que no son justas en el sistema de consumo y comercialización general. No es justo que compremos productos del países pobres a precios de ahí para venderlos a precios de aquí. La diferencia se queda en el camino.

El comercio justo elimina los intermediarios. A nosotros estos productos nos los mandan directamente desde el proyecto de microempresas que tiene en marcha en Perú el padre Miguel con quien llevamos años trabajando, con él y la ONG COPRODELI. Otra cosa y muy importante es que hay una garantía de que los trabajadores lo hacen en condiciones dignas. Cuando compramos algo hecho en China u otros muchos países no preguntamos cuánto está cobrando el trabajador, su edad, las horas de trabajo, las condiciones...Solo miramos el precio y compramos. Además, el comercio justo garantiza otras cosas importantes como es la lucha contra la explotación infantil o la protección del medio ambiente. El proyecto trabaja por una relación justa y transparente entre productor y consumidor.

- Pero es que el euro es el euro y cambiar el sistema...

Claro que es difícil pero ahí está el comercio justo sufriendo la crisis como todos y todo pero al menos tomamos conciencia de que hay otra manera de hacer las cosas. Aunque sea por estas fechas y de manera esporádica hay una voluntad de hacer las cosas de otra forma y Criptana lo sabe y responde.

Junto a Mari Tere Martín Pueblas hay un buen grupo de voluntarios del Grupo de Animación Misionera. Ana y Marina Correas, Nerea Gómez y Raquel Panadero son algunas de ellas y ellas son las que ponen cara a esta entrevista.

 


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